Devocional 02 sep. - Lord Kinloch
Ser perfectos como el Padre
Cristo no tiene aquí la intención de transmitir que es posible para nosotros alcanzar la perfección que solamente pertenece a Dios. Su objetivo, como nos muestra el contexto, era imprimir en sus oyentes la necesidad de adoptar un código de moralidad cristiana completo, en lugar de uno imperfecto.
Este código debería elaborarse conforme a las instrucciones de Jesús y sus alusiones a la perfección divina pretendían inculcar una plenitud relativa que el ser humano puede y está llamado a conseguir.
Es la perfección apropiada a nuestra naturaleza a lo que debemos aspirar. Es una plenitud de propósito combinada con una progresividad en el avance.
Bendito Señor que has querido para tu pueblo que todos vengan a la unidad de la fe a un hombre perfecto, agrádate en suplir lo que falta en mi de tu propia abundancia y llévame finalmente a la estatura de la plenitud que es en ti, para alabanza de tu renovadora gracia.
Lord Kinloch.
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