Devocional 09 ago.- Richard Sibbes

La enfermedad y el cristiano

Filipenses 2:27 Pues en verdad estuvo enfermo, a punto de morir; pero Dios tuvo misericordia de él, y no solamente de él, sino también de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza.

Epafrodito tuvo enfermedades largas y peligrosas. Los hijos de Dios están sujetos a enfermedad mientras viven. La experiencia diaria lo prueba, porque nuestros cuerpos tienen las semillas de enfermedad. Si no nos recuperamos, Dios poco a poco desliga el nudo que une el alma y el cuerpo y la muerte llega fácilmente. Ya que no podemos evitar la enfermedad o la muerte ¿cómo podemos prepararnos de antemano?

Esforcémonos porque Dios sea nuestro amigo antes de que nos llegue la enfermedad. Si alguien ha estado toda su vida siguiendo su voluntad de pecar y continuamente ha blasfemado y abusado de Dios, ¿cómo puede encontrar consuelo en la enfermedad?

Bien que se puede sospechar que el arrepentimiento en medio de esa enfermedad es solamente temor al castigo y no el aborrecimiento del pecado. Dios con frecuencia permite que esas personas se desesperen.

No amemos lo terrenal, así seremos capaces de soportar cuando venga cualquier cruz. Es fácil morir cuando ya uno de antemano ha muerto en el corazón a lo material. Pensemos en la incertidumbre y la vanidad de las cosas, y en cómo eso no puede ayudar ni en los momentos de mayor necesidad.

Llevemos cuentas cortas con Dios. Cuando venga la enfermedad, no nos quedará mucho trabajo por hacer. Sería una necedad posponer lo prioritario para más tarde. Dios puede llamarnos a una muerte repentina, o permitir que los sentidos y entendimiento se vean desmejorados. 

Es locura retrasar el trabajo más duro para cuando estemos más débiles. Cada día nos vemos afectados más por el mundo, y por ello necesitamos lavarnos diariamente para ser limpiados.

Debemos trabajar en establecer un fundamento de consuelo cuando estemos bien, para los tiempos de enfermedad. Una buena muerte se prepara en una buena vida. Almacenar, como lo hizo José, para los tiempos de hambre, enfermedad y muerte. Preparemos tónicos que nos fortalezcan en la enfermedad.

Richard Sibbes.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares