Devocional 15 jul. - Anselmo de Canterbury

Buscando la luz

1 Ti. 6:16  el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén. 

Por un momento, apártate de tus asuntos. Escóndete, aunque sea por un corto periodo de tiempo, de esos pensamientos que no te dejan descansar y aparta tus preocupaciones y tus agotadoras distracciones. 

Concédete un poco de tiempo libre para conversar con Dios y descansa en Él durante un rato. Entra en la cámara secreta de tu corazón y deja todo fuera excepto lo que te pueda ayudar a buscarle. Luego cierra la puerta y búscale. 

Con todo el corazón, dile ahora a Dios: Busco tu rostro, oh, Señor, tu rostro busco. Ven mi Señor, mi Dios, enseña a mi corazón cuándo, cómo y de qué manera puedo encontrarte.  

Oh, Señor, si no estuvieras ahí ¿dónde te buscaría? Pero si estás en todas partes, ¿por qué no puedo contemplarte si estás aquí presente? Ciertamente habitas en una luz a la que ningún ser humano puede acercarse (1 Timoteo 6:16). 

Mis iniquidades me abruman. Son como una pesada carga que no puedo soportar (Salmos 38:4). Libérame, aparta mi carga para que el pozo de mi maldad no me devore. Concédeme mirar tu luz, aunque sea desde lejos, aunque sea desde lo profundo. Te buscaré con anhelo. Te anhelaré al buscarte, te encontraré amándote y te amaré al encontrarte. 

Tu imagen en mí está tan oscurecida por el humo de mis pecados que no puedo hacer aquello para lo que fui creado, a menos que lo renueves y lo crees de nuevo. Deseo en cierta medida entender tu verdad, que mi corazón cree y ama.

No busco entender para creer, sino creer para que pueda entender. Porque esto también creo, que a menos que crea, no entenderé. 

Anselmo de Canterbury 

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares