Devocional 21 jun.- A.W. Tozer

El gozo de no tener nada

Isaías 57:15 Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.

El camino para un conocimiento más profundo de Dios marcha a través de los solitarios valles de la pobreza espiritual y la abnegación de todas las cosas. Los bienaventurados que poseen el reino son aquellos que repudian todo lo externo y arrancan de sus corazones todo sentimiento de posesión. Estos son los “pobres en espíritu”. Han alcanzado en su interior un estado que se asemeja a las circunstancias externas del pordiosero común en las calles de Jerusalén.

Eso es lo que significa la palabra “pobre” que Jesús utilizó en Mt 5:3. Estos pobres ya no son esclavos de las cosas. Han roto el yugo de su opresor, y es una victoria que logran, no luchando, sino rindiéndose. Aunque están libres de todo sentido de posesión, todas las cosas son suyas. De ellos es el reino de los cielos. 

Permitamos esta exhortación seriamente. No debemos entenderlo como una simple enseñanza de la Biblia, sino como una señal que nos apunta al camino de los pastos verdes, un camino esculpido en las escarpadas laderas del monte de Dios. No debemos pasarlo por alto si queremos continuar nuestra santa búsqueda. Debemos subir paso a paso. Si nos negamos a dar un paso, dañaremos nuestro crecimiento. 

A.W. Tozer