Devocional 15 abr. - James Smith

Admirable Jesús

Isaías 9:6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. 

Y estará a la altura de su nombre, porque Él es admirable. Considera la constitución de su persona. Él es Dios, pero también es hombre. Posee la naturaleza completa de Dios y la naturaleza completa del hombre, y, sin embargo, las dos naturalezas unidas constituyen solo una persona. Por tanto, es humano y divino, infinito y finito, es el Dios eterno, y, aun así, realmente hombre. Une en sí mismo al cielo y a la tierra, al tiempo y la eternidad, al Creador y la criatura. Él es Dios poderoso y el débil niño que nace. 

Verdaderamente esto es admirable. Podemos creerlo, pero no podemos comprenderlo. Podemos percibir que, efectivamente, es, pero no cómo es. Su amor es también admirable, porque ama a aquellos que no son dignos de amor y que nunca tuvieron amor por Él. No existe razón por la que debiéramos amarlos, sino montones de razones por las que no.

Y, sin embargo, Él los ama con todo el poder de su naturaleza, manifestando ese amor de la forma más maravillosa. Por ellos dejó el trono de gloria y entregó todo lo que poseía en el cielo. Por ellos se hizo pobre, fue odiado, perseguido, castigado y ejecutado como un esclavo culpable. Bien podemos llamarlo admirable. 

Maravilloso eres en poder, más maravilloso en amor. Que seas tú todo de lo que hablemos aquí abajo, que seas tú todo nuestro cielo allá arriba. 

James Smith 


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