Devocional 26 ene. – George Swinnock
Consuelo en tu porción
Hebreos 10:34 Porque de los presos también os compadecisteis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos.
¡Qué consuelo es tener a Dios por herencia! No se
trata de una porción de juguetes y trivialidades, sino en el bendito e infinito
Dios.
Es una porción tan preciosa que ninguno de los más
grandes matemáticos que jamás existieran tomó la tarea de calcular su valor. Es
una herencia tan permanente que nada puede separarnos de ella. El invierno
puede congelar un estanque, pero no el océano. De esta herencia puedes recibir
consuelo en la condición de mayor aflicción. Si saquean tus posesiones, puedes
soportarlo con gozo, sabiendo que tienes una sustancia más perdurable y rica en
Dios.
Si te echan en prisión, aunque tu cuerpo esté en
cadenas, tu alma disfruta de la libertad. No hay cadena que pueda atarte a la
tierra tanto que no puedas remontarte al cielo sobre las alas de la meditación
y la oración.
Si te quitan el alimento, tienes un alimento que ellos
no conocen. Si tu cuerpo está enfermo, tu alma está sana y todo está bien. Si
tus enemigos te matan, no pueden herirte, sino que te hacen la mayor de las
cortesías. Te liberan de tus corrupciones y te envían a tu hogar celestial. El
cristiano puede ser feliz bajo las mayores miserias externas. ¿Qué peso puede
hundir a aquel que tiene unos brazos eternos para sostenerle? ¿Qué puede
entristecer a aquel que tiene un almacén infinito y a la misericordia para
proveerle?
A aquel que tiene a Dios por su felicidad, nada puede
hacerlo miserable. Hermano, camina de forma que el mundo pueda conocer que
estás por encima de sus temores, y que todos sus atractivos están por debajo de
tus esperanzas. Si Dios es nuestra porción, tendremos consuelo ante la muerte
de nuestros amigos y aun nuestras propia muerte. Benditos aquellos que
mueren en el Señor. Dios es nuestra porción.
George Swinnock
Amén
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