Justificacion

Justificacion

Ro.3:22  la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, 

La doctrina de la justificación es un concepto central en la teología cristiana que tiene importantes implicaciones en la comprensión de la relación entre Dios y la humanidad. A continuación, se proporciona una explicación más detallada y minuciosa de esta doctrina:

1.- Naturaleza del pecado y separación de Dios: La doctrina de la justificación parte del entendimiento de que todos los seres humanos son pecadores. El pecado se entiende como cualquier acción, pensamiento o actitud que va en contra de la voluntad de Dios, lo que resulta en una separación espiritual entre la humanidad y Dios. Este pecado se considera una barrera insuperable por medio de los propios esfuerzos humanos. (Ro.1.18; 3.10-11;20; 23)

2.- La gracia de Dios: La justificación se basa en la idea de la gracia divina. La gracia es el favor inmerecido de Dios hacia la humanidad. En lugar de merecer la justificación a través de las buenas obras o el cumplimiento de la ley, se entiende que Dios la otorga libremente debido a su amor y misericordia. Esta gracia es un regalo que no puede ser ganado por méritos humanos. (Ro.3.22;24-25; 4.3; 5.1)

3.- La obra de Jesucristo: La obra de Jesucristo es central en la doctrina de la justificación. Los cristianos creen que Jesucristo es el Hijo de Dios y que vino al mundo para redimir a la humanidad. Su sacrificio en la cruz se considera un acto de expiación, donde Él sufrió y murió en lugar de la humanidad para pagar la pena del pecado y reconciliar a las personas con Dios. (Is.53.4-5; 1Ped.2.24; Ro.5.19; 1 Co.1.30; 2 Co.5.21; Fil.3.9; 1Pe.1:18-19)

4.- La fe en Jesucristo: Para ser justificados, se requiere fe en Jesucristo como Salvador y Señor. La fe implica confiar en la obra redentora de Cristo y aceptarlo como el único medio de salvación. A través de la fe, los creyentes se apropian de los beneficios de la redención de Cristo. (Ef.2.8; Gál.2:16: Ro.3.22; Ro.1.16; Flp.3:8-9)

5.- Imputación de la justicia de Cristo: La doctrina de la justificación sostiene que cuando una persona tiene fe en Jesucristo, la justicia de Cristo es imputada o atribuida a esa persona. Esto significa que Dios ve al creyente como justo a través de la obra de Cristo, a pesar de sus propias faltas y pecados. Es como si la justicia de Cristo fuera "cubierta" sobre el creyente. (Ro.5.9; Is.46:13; Ro.4.13; Ro.10.4-6; 2Cor.5.21; Ro.5.17; Jer.23:6; Flp 3:10)

6.- No por obras: La justificación se contrasta con la idea de que las buenas obras humanas pueden ganar la aceptación de Dios. Los creyentes no son justificados por sus méritos personales o esfuerzos, sino únicamente por la obra de Cristo y su fe en Él. Esto evita la arrogancia espiritual y enfatiza la dependencia de la gracia divina. (Ef.2.9; Ro 3.27-28; Ro. 4.2-5; Gal 2.16; 2 Ti 1.9; Tit 3.5.)

7.- Reconciliación con Dios: La justificación tiene como resultado la reconciliación entre el individuo y Dios. La persona es declarada justa y adoptada como hijo o hija de Dios. Esto establece una relación de amor y comunión con Dios, y la persona recibe el Espíritu Santo para guiarla en su vida espiritual. (2 Co.5:20; Ro 5.10)

8.- Santificación: La justificación no es el final del viaje espiritual, sino el comienzo. Los creyentes son llamados a crecer en santidad y obedecer a Dios en un proceso conocido como santificación. La justificación y la santificación están relacionadas, ya que la justificación da lugar a un deseo de vivir una vida que agrade a Dios. (2 Tes.2:13; 1 Ped.1.1-2; Ef.1.4; Ro.6.11; Ro.7.4, Ro.8.2; 1 Pe.2:5)

En resumen, la doctrina de la justificación nos enseña que los seres humanos pueden ser declarados justos por Dios a través de la fe en Jesucristo y su obra redentora, en lugar de depender de sus propias obras. Esto es visto como un acto de la gracia divina que permite la reconciliación y la relación con Dios.


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