El rol del Hombre
El rol del Hombre
Génesis 1:27 “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”
La
masculinidad es un diseño formado por un conjunto de cualidades y roles que
componen al hombre, es un diseño creado por Dios de manera completa que se
distingue del diseño de la mujer.
Aquí
la Palabra de Dios comienza afirmando que los hombres y las mujeres están
hechos a imagen de Dios, y es por eso, que los hombres como las mujeres ante
Dios tenemos igual valor, estimación, dignidad e importancia. Debemos tener
bien claro de que no existe superioridad, ni inferioridad entre los hombres y
las mujeres ante Dios.
En
Gén. 2.18 dice: Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le
haré ayuda idónea para él. Aquí vemos una clara distinción en los roles.
La
masculinidad y la feminidad no son condiciones adquiridas o impuestas por las
personas, ni tampoco han sido establecidas por las culturas, ya que han estado
ahí antes, durante y después de la caída del hombre, lo que provocó que el pecado entrara en el mundo, (Gén. 3). Entonces la masculinidad no es un género creado por el mundo, sino que la
masculinidad es un diseño de Dios.
Un
pasaje bíblico que define muy bien el rol del Hombre es 1 Cor.16:13-14 “Velad,
estad firmes en la fe, portaos varonilmente, y esforzaos. Todas vuestras cosas
sean hechas con amor.” Pablo inspirado por el Espíritu Santo nos da 5 mandatos
que apuntan a la conducta de un hombre en sentido general, pero en este estudio
lo estaremos aplicando al contexto de la
familia.
1.-
Velad (Estad siempre en alerta)
Es
un mandato como el que se les daba a los centinelas, es un mandamiento para
proteger. Uno de nuestros roles en el hogar es cuidar a nuestras esposas y a
nuestros hijos en todo el sentido de la palabra, un cuidado de manera integral.
Los
hombres como cuidadores somos los encargados ante Dios de proveer para el
sustento de la familia, por eso somos los responsables principales de salir a
trabajar para buscar el sustento de nuestras familias. Los hombres debemos de
cuidar a nuestras familias de las herejías que llevan a formar falsos
discípulos de Cristo.
2.-
Portaos varonilmente (Compórtense como hombres).
Es
un mandato para asumir nuestro diseño en todo momento y lugar, esto aplica a
asumir el liderazgo de nuestro hogar. En el contexto del texto se refiere sobre
todo a la hora de la lucha contra aquello que quiere hacernos pecar y fallarle
a nuestro Dios, así como aquellas cosas que quieren atentar contra la
integridad de nuestras familias.
3.-
Estad firmes en la fe (Manténganse firme en la Fe)
Este
es un mandato para no retroceder ni un centímetro en nuestra Fe y mantenernos
sin cambiar en nuestras convicciones cristianas. Como hombres somos los líderes espirituales de
nuestras familias y debemos procurar que Cristo sea formado en nuestras esposas
e hijos por medio de enseñarles y exponerlos a las sanas doctrinas de la
Palabra de Dios.
Los
hombres son los que tienen la mayor responsabilidad de educar, criar y enseñar
la Palabra de Dios a nuestros hijos. En Ef.6:4 dice “Padres, no hagan
enojar a sus hijos con la forma en que los tratan. Más bien, críenlos con la
disciplina e instrucción que proviene del Señor.”
4.-
Esforzaos (Valiente, animoso)
Este
es un mandato a confiar en Dios, vivir para Su gloria y esa valentía que se nos
manda a tener nos debe llevar a vivir de tal manera que el Señor Jesucristo sea
visto por medio de nosotros.
5.-
Todas vuestras cosas sean hechas con amor.
Es
un mandato a que todas nuestras acciones y actitudes como hombres tanto en
nuestro hogar (en el trato con nuestras esposas e hijos), así como con el
prójimo en sentido general deben tener la marca distintiva del cristiano que es
el AMOR.
Es
por todo lo antes expresado que podemos decir que la masculinidad
diseñada por Dios es totalmente opuesta al machismo mundano el cual es una
distorsión y una aberración porque maltrata a las mujeres, las ve como objetos
sexuales y da un mal ejemplo a los hijos de que es ser un padre, esta conducta
pecaminosa es totalmente opuesto al diseño de Dios de la masculinidad y debe
ser rechazada por todos los hombres que hemos sido redimidos por nuestro Señor
Jesucristo.
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