Devocional 24 nov. – Alexander Smellie

Un pecado oscuro

Lucas 17:17 Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?

Solamente uno de los leprosos regresó a dar gracias a Dios. Los otros nueve siguieron su camino sin agradecer, sin pensar. ¿Por qué?

Quizás supieran del peligro de comprometerse con Jesús. Quizás sabían que serían vigilados por las sospechas que habían sobre el Maestro, y que recibir un milagro de Él sería una ofensa para muchos. Simplemente eran unos cobardes.

Quizás estaban preocupados porque el Maestro ahora les podría pedir hacer algo para Èl. Aquel que les había dado  la sanidad podría ahora exigirles lealtad, y ellos no estaban preparados para entregarla. Simplemente no querían compromiso.

Quizás estaban dominados por el deseo de mezclarse con el mundo, de volver a sus quehaceres, de seguir su vida simple en la tierra. Quizás estaban impacientes por los retrasos que les frenaron,  para dedicarse a promover sus propios intereses. Simplemente eran egoístas.

Quizás pensaron que solo habían recibido lo que se les debía. Aquella aborrecible enfermedad era injusta y dolorosa, y su sanidad era su derecho. No tenían por qué tener un agradecimiento profundo. Simplemente eran orgullosos.

O quizás se decían que su Benefactor ya no les era necesario. La urgencia ya había pasado, y, el no tener la enfermedad, marcaba la diferencia. Simplemente eran humanos.

No hay pecado más oscuro que la ignorancia e ingratitud. Ayudanos a no caer en ello.

Alexander Smellie

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