Devocional 17 nov. – Andrew Murray
El amor y la oración
1 Pedro 4:7-8 Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración. Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados.
La oración intensa y el amor ferviente están
estrechamente relacionados. Si oramos solamente por nosotros mismos, no nos
será fácil estar en la actitud correcta con Dios. Pero cuando nuestros
corazones estén llenos con el amor por otros, continuaremos orando por ellos,
incluso por aquellas personas con las que no estamos de acuerdo.
La oración tiene un lugar importante en la vida del
amor. Ambos están inseparablemente conectados. Si quieres que tu amor aumente,
olvídate de ti mismo y ora por los hijos de Dios. Si quieres aumentar en
oración, pasa tiempo amando a aquellos que están a tu alrededor, ayudando a
soportar sus cargas.
Hay una gran necesidad de intercesores fervientes y
llenos de poder. Dios desea que sus hijos se presenten cada día ante el trono
de gracia para orar por el poder del Espíritu sobre todos los creyentes. La
unidad es fuerza. La unidad espiritual nos ayudará a vivir sin egoísmo,
completamente para Dios y los demás. Apliquemos las palabras de Pedro a
nuestras vidas: «velad en oración… tened entre vosotros ferviente amor».
Conforme meditamos en amar a aquellos que están a
nuestro alrededor, nos veremos arrastrados a la comunión con Dios. Esta
comunión no va a llegar por leer o pensar, sino por pasar tiempo con el Padre y
con el Señor Jesús por medio del Espíritu Santo. El amor lleva a la oración. El
amor de Dios se entrega a una oración con fe.
Señor, ayúdame a ser más consciente de las cargas de
otros. Muéstrame formas en que pueda ayudar a llevar sus cargas y expresar amor
y compasión. Ayúdame a orar por ellos y por sus heridas cada día. Gracias
Jesús. Amén.
Andrew Murray
Amén
ResponderBorrar