Devocional 03 nov. – Stephen Charnock
Dios está presente
Jeremías
23:24 ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No
lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?
Dios
conoce todo lo que se hace en las cavernas más secretas de la tierra. No hay
ningún lugar que esté sin su presencia. Aunque la razón y las Escrituras lo
declaran, esto es algo que no podemos concebir. Él no puede ser medido por el
tiempo, ni verse limitado por el espacio. Él está desde la altura de los cielos
hasta el fondo del mar, y en cada punto del mundo.
Sostiene
a sus criaturas por su poder, y las conoce por su sabiduría. No existe ningún
espacio, ni el más mínimo, en el que Dios no esté completamente presente con la
plenitud de su sustancia.
¡Cuánto
se olvida este atributo de Dios! Pretendemos creerlo, pero muchos viven como si
Él no estuviese presente. Los hombres pecan en la presencia de Dios, haciendo
lo que estarían avergonzados de hacer frente a los hombres. ¿Qué es lo que nos
dice esto sino que Dios no está presente con nosotros?
¡Qué
terrible debería ser este atributo para las pecadores! ¡Qué necio es imaginar
que hay lugar donde esconderse de este Dios imposible de abarcar! Prov.15:3
dice: «Los ojos de Jehová están en todo lugar, mirando a los malos y a los
buenos». Él descansa en lo profundo de nuestra alma, y ve nuestros planes antes
incluso de que los hayamos concebidos. Esto es un escudo contra la tentación.
El
saber que Dios está presente es suficiente para quitar el filo a las armas del
infierno. Nos hará estar seguros frente a atracciones viles y hará retroceder
el terco principio en nuestra naturaleza que se une a la tentación. Moisés,
ante la perspectiva de Cristo, se fortaleció para resistir los lujos de la
corte de un príncipe (Heb.11:26-27).
Saber
que Dios está presente es una fuerte motivación cuando nos vemos tentados a
comer la fruta prohibida. ¿Quién diría ni tan siquiera una palabra inadecuada
en presencia de su comandante? El ojo de un general inflama el espíritu de un
soldado. ¿Qué actitud tendríamos si considerásemos que Dios está presente en
nuestras tiendas, aposentos, caminar y reuniones?
Stephen
Charnock
Amén
ResponderBorrarAmen
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