Devocional 27 oct – J.R. Miller

Confesando a Cristo


Mateo 10:25 Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa?

Jesús no promete que sus discípulos lo tendrán fácil. Él soportó sufrimiento, y nosotros no podemos esperar un trato mejor que el que tuvo nuestro Maestro. Pero sí podemos estar seguros siempre de la protección divina.

Lo especial de que se diga que hasta los cabellos de nuestra cabeza están contados es que significa que hasta las cosas más pequeñas en nuestras vidas están incluidas en la providencia de Dios.

Unas de las palabras más grandes de Cristo tratan acerca de confesarle. Él quiere que todos sus amigos sepan que pertenecen a Él y están de su lado. Esto es algo más que unirse a la iglesia o levantarse en una reunión cristiana y decir: «Amo a Cristo». Hemos de confesarle en nuestros asuntos, en la sociedad y entre las peores personas.

La promesa que Jesús dio fue que si le confesamos en este mundo, Él nos confesará en el otro. Será algo grande pertenecer a Cristo en el día del juicio. Pero hemos de confesarlo ahora, diga lo que diga el mundo, sea cual sea el coste, si queremos que Él nos confiese ante su Padre.

J.R. Miller

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