Arrepentimiento Bíblico

Arrepentimiento Bíblico

Mat 4:17  Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

El arrepentimiento es un tema que biblicamente està asociado con la realidad de la conversión (arrepentimiento + fe). El verbo «arrepentirse» o el adjetivo «arrepentido» aparecen trece veces en el Antiguo Testamento. El término «arrepentimiento» aparece veinte veces en el Nuevo Testamento y el verbo «arrepentirse» aparece veintisiete.

En el AT hay dos palabras (verbos) aociadas a este término: shuv y naham. Shuv se puede traducir como «girar», «volver», «cambiar». A veces significa un cambio completo de corazón. Por ejemplo, en 1 Reyes 8:46-53, shuv se usa para denotar un cambio del corazón y confesión de iniquidad (2 Cr 6:37; Sal 7:12; Is 1:27; Jr 5:3; Ez 14:6; 18:30). Naham tiene varios significados: «suspirar, lamentarse, compadecerse, consolar o lamentarse, vengar, consolar, arrepentirse». Es el verbo que se usa cuando Dios se «duele» o «arrepiente» de Su decisión de crear al ser humano sobre la tierra (Gn 6:6) y también es el verbo que se usa cuando se dice que Dios no se arrepiente (Nm 23:19) o cambia de propósito (1 S 15:29).

En el NT, el sustantivo «arrepentimiento» proviene de la palabra griega «metanoia» y significan un cambio de mentalidad, es decir un alejamiento del pecado completo y total por parte de la persona. La fe, por otro lado, sería el resultado al volver a Cristo, reconociendo Su señorío. Tradicionalmente, los cristianos hablan de que el arrepentimiento y la fe juntos constituyen la conversión.

La Biblia también nos dice que el verdadero arrepentimiento producirá un cambio de acciones (Lc.3:8-14; Hec.3:19). Al concluir su ministerio, Pablo declara: "anuncié...que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento" (Hec.26:20). Entonces la definición bíblica completa de arrepentimiento es un cambio de mentalidad que se traduce en un cambio de acción.

En el libro de Hechos se presenta el arrepentimiento en relación a la salvación en muchos vesículos(Hec.2:38; 3:19; 11:18; 17:30; 20:21; 26:20). Arrepentirse, en relación con la salvación, es cambiar de opinión respecto al pecado y a Jesucristo.

Pedro el día de Pentecostés (Hec. 2), él concluye con un llamado para que la gente se arrepienta (2:38). ¿Arrepentirse de qué? Pedro está llamando a la gente que rechazó a Jesús (Hec.2:36) a cambiar de opinión sobre ese pecado y a cambiar de opinión sobre Cristo mismo, reconociendo que Él es realmente "Señor y Cristo" (Hec.2:36). Pedro está llamando a la gente a cambiar de opinión, a aborrecer el rechazo que hicieron de Cristo en el pasado y a creer en Él como Mesías y Salvador.

La persona arrepentida "recapacita" sobre la forma de pensar que adoptó en el pasado. Hay un cambio de disposición y una nueva forma de pensar sobre Dios, sobre el pecado, sobre la santidad y sobre hacer la voluntad de Dios. El verdadero arrepentimiento surge de una "tristeza según Dios" y "lleva a la salvación" (2 Cor.7:10).

El arrepentimiento y la fe se pueden entender como las dos caras de una misma moneda. Es imposible que deposites tu fe en Jesucristo como Salvador sin que antes cambies de opinión sobre tu pecado y sobre quién es Jesús y lo que ha hecho. Ya sea arrepentimiento por rechazo voluntario o arrepentimiento por ignorancia o desinterés, es un cambio de mente. El arrepentimiento bíblico, en relación con la salvación, es cambiar tu forma de pensar y pasar del rechazo a Cristo a la fe en Cristo.

El arrepentimiento no es una obra que hacemos para ganar la salvación. Nadie puede arrepentirse y venir a Dios a menos que Dios atraiga a esa persona hacia Él (Jn.6:44). El arrepentimiento es algo que Dios da: únicamente es posible por Su gracia (Hec.5:31; 11:18).

Nadie puede arrepentirse a menos que Dios conceda el arrepentimiento. Toda la salvación, incluyendo el arrepentimiento y la fe, son el resultado de que Dios nos atrae, abre nuestros ojos y cambia nuestros corazones. La paciencia de Dios nos lleva al arrepentimiento (2 Pe-3:9), al igual que Su bondad (Ro.2:4).

Aunque el arrepentimiento no es una obra que gane la salvación, el arrepentimiento para salvación sí produce obras. Es imposible cambiar verdaderamente de opinión sin que eso provoque un cambio en la acción. En la Biblia, el arrepentimiento provoca un cambio de comportamiento. Por eso Juan el Bautista llamaba a la gente a hacer "frutos dignos de arrepentimiento" (Mateo 3:8). Una persona que verdaderamente se ha arrepentido de su pecado y ha puesto su fe en Cristo dará evidencia de una vida transformada (2 Cor. 5:17; Gál.5:19-23; Sant. 2:14-26).

Miremos la historia de Zaqueo. Era un hombre que engañaba, robaba y vivía espléndidamente de sus ganancias mal habidas, hasta que conoció a Jesús. En ese momento cambió radicalmente de opinión: "Mira, Señor", dijo Zaqueo. "He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado" (Lc. 19:8). Jesús proclamó con alegría que la salvación había llegado a la casa de Zaqueo, y que incluso el recaudador de impuestos era ahora "hijo de Abraham" (v.9), una referencia a la fe de Zaqueo. El tramposo se convirtió en filántropo; el ladrón hizo restitución. Eso es arrepentimiento, unido a la fe en Cristo.

En resumen el arrepentimiento bíblico consiste en cambiar de opinión sobre el pecado: el pecado ya no es algo con lo que se juega, sino algo a lo que hay que renunciar para "huir de la ira venidera" (Mt.3:7). También es cambiar de opinión sobre Jesucristo: ya no es un objeto de burla, desprecio o ignorancia; es el Salvador al que hay que aferrarse; es el Señor al que hay que adorar y venerar.

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