Devocional 20 sep - John MacArthur
Obligados a Obedecer
Romanos 8:4 Para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Algunos creen que, como somos salvos por gracia y ya
no estamos bajo la ley, entonces ya no estamos obligados a cumplir la ley. Eso
es cierto en este sentido: “No estamos condenados al castigo de la ley”. Como
nos entregamos a Cristo, ya la ley no tiene poder para condenarnos ni
ejecutarnos. Sin embargo, estamos obligados con sus preceptos, ya que Dios no
ha cambiado su moralidad.
El apóstol Pablo dijo: “Ahora, pues, ninguna
condenación hay para los que están en Cristo Jesús... Porque la ley del
Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la
muerte. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la
carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del
pecado, condenó al pecado en la carne” (Ro. 8:1-3).
El sacrificio de Cristo nos libró del castigo de la
ley. Él murió en nuestro lugar. De modo que somos libres de la ley en el
sentido de que ella no puede condenarnos, pero seguimos obligados a obedecer
sus preceptos.
John MacArthur
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