Devocional 04 sep – S. E. Marshall

Oración para empezar el día

Salmos 86:2 Guarda mi alma, porque soy piadoso; salva tú, oh Dios mío, a tu siervo que en ti confía.

En tu misericordia y amor oh Dios, se nos permite dar la bienvenida a un nuevo día. Tus ángeles guardianes nos han cuidado cuando no podíamos cuidar de nosotros mismos. El dulce sueño nos ha refrescado, y miramos hacia otro día confiados en que Tú nos guiarás y fortalecerás.

Ayúdanos en este día a caminar rectamente, para que no nos guardemos nada bueno. Que ninguno de nosotros sea descuidado o indiferente a las oportunidades para el servicio que puedan presentársenos. Que tu Palabra sea nuestra fuente de aliento y fortaleza, y que la atesoremos cada vez más conforme los días y los años se nos escapan de las manos.

Bendice Dios a los que están enfermos. Bendice a los que son tentados. Fortalece a los débiles y consuela a todos los quebrantados. Bendice a nuestros ministros, misioneros y diáconos, y a todos los que dedican sus vidas especialmente a la obra de tu reino.

Y ahora, Padre nuestro, mientras nos apartamos para las labores del día, que tu amorosa presencia esté con nosotros, en nuestro hogar, en la escuela y en nuestras ocupaciones. Y que al cerrar el día podamos tener conciencia de que las tareas comunes y triviales nos han llevado más cerca de ti. Te lo pedimos todo por medio de Jesucristo nuestro Señor, amén.

S. E. Marshall

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