Devocional 12 jul – Thomas Brooks
¿Pecado pequeño?
Romanos 6:12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias;
Una de las estrategias de Satanás es presentar el
pecado como menos de lo que es. Satanás te dice: «Bueno, es solo un poco de
orgullo, un poco de mundanalidad, un poco de suciedad, un poco de embriaguez».
Como Lot dijo de Zoar «es pequeña, y mi alma vivirá». Satanás te dice: «Es tan
solo un pequeño pecado el que te atribula. Puedes cometerlo sin peligro para tu
alma. Puedes cometerlo y tu alma aun así vivirá».
Considera, sin embargo, cuantos pecados considerados
«pequeños» han recibido la mayor ira: el comer de una fruta, el recoger un poco
de leña en el día de reposo, o el tocar el arca. ¡Qué terrible ira acarrearon
esos pecados sobre los corazones de los seres humanos! Los pecados pequeños abren
camino para pecados mayores.
No tenemos poder para apartarnos del pecado como nos
plazca. Cuando cedemos a lo menos, damos oportunidad a Satanás para tentarnos
en lo más. Agustín cuenta la historia de un hombre que creía que el diablo fue
quien creo la mosca. Alguien le dijo a este hombre: «Si el diablo hizo las
moscas, también hizo las lombrices». «Verdad», respondió él, «El diablo hizo
las lombrices». «Pero», dijo el otro, «si el diablo hizo las lombrices,
entonces hizo los pájaros, las bestias y al ser humano». Y aquel hombre concedió
todo eso. Agustín dijo: «así, al negar a Dios en la mosca, llegó a negar a Dios
en el hombre y toda la creación».
Ceder al pecado menor arrastra al alma al mayor. Es triste apartarse de Dios por una tontería. La mayor necedad es arriesgarse al infierno por algo pequeño, y partir con Dios por un poco. Cuanto menor es la tentación, mayor es el pecado. Por amar un pecado pequeño, algunos han perdido a Dios y a sus almas para siempre.
Muchas veces los pecados pequeños son más
peligrosos. Los grandes impactan al alma y la despiertan al arrepentimiento,
pero los pequeños crecen y trabajan en secreto hasta pisotear al alma. El
pecado crece por grados hasta que no puedes prevalecer sobre él. ¡Oh que Dios
abra los ojos del pecador, hasta que vea lo horrible y vil de todo pecado!
Thomas Brooks
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