Devocional 15 may – Richard Baxter

La tentación

1 Pedro 1:1-2 Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.

Considera lo débil que eres por ti mismo, y cuan grande es tu necesidad de vigilar para no desobedecer a tu guía celestial incluso antes de que te des cuenta. ¿Qué corazón tenemos que vigilar?:

Un corazón que se resiste a moverse cuando tiene que seguir al Señor. Un corazón necio, que se alejará  del Señor mientras juega con todos los juguetes que se encuentra en el camino. Un corazón cobarde, que se retraerá del peligro cuando debería seguir a nuestro general divino. Un corazón traicionero, que nos engañará y nos embaucará en los momentos en que estemos más seguros de él. Tiene la vista corta, porque incluso cuando sigue a Cristo como guía, apenas puede evitar tropezar y caer en un abismo de miseria cuando camina por el puente.

Recuerda los frutos de la obediencia y los de la desobediencia, de como la obediencia fue dulce al final, y como fue amargo el fruto del pecado. ¿No huiste del rostro de Dios en aquel momento? ¿No se mostró ese pecado diferente después de cometerlo? ¿Recuerdas el dolor que te costó y el temor a la ira que tuviste? Recuerda el tiempo que pasó hasta que tus huesos rotos fueron sanados. Esto debería hacer que la primera aproximación del pecado te llevara al temor por prevenirlo.

Un animal que haya caído en arenas movedizas difícilmente será arrastrado de nuevo a las mismas. Un pez que ha escapado del anzuelo, huirá del mismo la próxima vez. Recuerda cuando has caído y cuando has escapado. Estas consideraciones te ayudarán a obedecer más. Recuerda esto en el día de la prueba, y recuerda cuánto depende de tu obediencia. Dios no coronará siervos que no han sido probados. Satanás te tienta para que se vea si eres fiel a Dios o no. En su malicia, busca deshacerte para siempre. Eso debería despertarte para vigilar.

Si se te dijera de antemano que un ladrón te va a robar ¿no vigilarías con un cuidado especial? Si estuvieres corriendo por tu vida, ¿no correrías con todas tus fuerzas? ¡Mantente vigilante y obediente!

Richard Baxter

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