Devocional 17 feb. – John MacArthur
Nuestro mecanismo de defensa
Salmo 66:18 Si en mi corazón hubiese yo mirado a la
iniquidad, el Señor no me habría escuchado.
Según el versículo de hoy, ni siquiera se puede
conversar con Dios, mucho menos crecer espiritualmente, si se albergan pecados
en el corazón. Por eso es tan esencial la confesión.
Primero tiene que estar dispuesto a aceptar el castigo
de Dios por su pecado. Si piensa que Él está obrando con rudeza, debe examinar
su vida para ver si lo merece. Por la misma razón que los padres deben castigar
la mala conducta de un hijo, Dios lo castiga a usted para que no repita sus
errores.
Dios también ha puesto un sistema de sentido de culpa
en usted para su propio bien. La vida espiritual sin sentido de culpa sería
como la vida física sin dolor. El sentido de culpa es un mecanismo de defensa;
es como una alarma que funciona para guiarlo a la confesión cuando usted peca.
Es cuando usted tiene que confrontar su pecado y reconocer delante de Dios que
es una afrenta para Él. Ese reconocimiento debe ser parte de su vida antes de
que pueda crecer espiritualmente, ya que elimina el pecado que lo detiene a
usted.
John MacArthur
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