Devocional 16 ene. – Octavius Winslow
Dad y recibiréis
Mateo
19:29 Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o
madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y
heredará la vida eterna.
No
fallemos a la hora de aprender el secreto de recibir mucho de Cristo, incluso
de recibir la libre dispensación de lo que ya hemos recibido. Puedes estar
seguro de esto: que recibirá más de Dios el que haga más por Dios: «El alma de
los diligentes será prosperada. La mano negligente empobrece; más la mano de
los diligentes enriquece. Hay quienes reparten, y les es añadido más». Esta es
la ley de Dios, y Él nunca la va a revocar.
Es
su promesa, y la cumplirá siempre y en todos los casos… Oh, que tengamos la
palabra de Dios morando en nosotros de forma tan rica, y que nuestros corazones
resplandezcan con tanta intensidad con el amor de Cristo, que siempre estemos
listos para abrir nuestros labios para Dios. Que sean siempre un manantial
lleno y que corre.
Este
es el secreto para aumentar nuestros almacenes. Es el secreto para reponer
nuestros recursos: agotarlos. Repetimos la pregunta: ¿Quién se ha empobrecido
nunca dando y trabajando por Dios? ¿Dónde hay un administrador cristiano cuya
fidelidad a los intereses de su Maestro haya comprometido su propio bienestar?
¿Dónde está el cristiano que, con alegre generosidad, haya consagrado su
riqueza intelectual o temporal a avanzar la verdad del reino de Jesús y que Él
no le haya devuelto mil veces más? ¿Dónde está el creyente en Jesús que haya
soportado reproche y sufrimiento silenciosamente y con paciencia por causa de
la conciencia, de la verdad, o de Cristo, que no haya ganado infinitamente en
el resto de lo que ha encontrado en Dios?
¿Dónde
está el cristiano activo que, habiendo trabajado celosamente para dispensar las
aguas de vida, no haya sentido, en el solemne retiro y calmo reposo de su
aposento, cuando derrama sus penas en el seno de su Salvador, o se mantiene en
cercana y santa comunión con su Dios, que en su alma brota un manantial secreto
de paz, gozo y amor, que ha más que restaurado las energías que gastó, y
recompensado el sacrificio que ha hecho?
Dios
se encuentra con su pueblo en todas sus obras de fe y trabajos de amor. Nunca
están solos. Se encuentra con ellos en el camino del deber y de la prueba,
tanto al hacer como al sufrir por su voluntad. Él se encuentra con ellos con su
consejo cuando están confusos; se encuentra con ellos con protección cuando se
ven asaltados; se encuentra con ellos con fortaleza cuando están exhaustos. Se
encuentra con ellos con reconstituyente cuando desmayan.
Si
tomamos la cruz de Cristo sobre nuestros hombros, Cristo nos llevará en sus
brazos tanto a nosotros como a nuestra cruz. Si inclinamos nuestro cuello a su
yugo, y doblamos nuestras espaldas para llevar su carga, hallaremos nuestro
descanso en ambos.
Octavius
Winslow
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