Devocional 11 ene - A. B. Simpson

Su fuerte voluntad


Filipenses 2:13 porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.

Existen dos actitudes en que nuestra voluntad debe entregarse a Dios.

En primer lugar, debemos tener una voluntad rendida. Ahí es donde hemos de comenzar todos, entregando a Dios nuestra voluntad natural y haciendo que él la posea.

Pero luego, Él quiere que tengamos una voluntad victoriosa. Tan pronto como recibe nuestra voluntad en una rendición honesta, quiere poner su voluntad en ello y hacerla más fuerte que nunca para Él. De ahí en adelante, ya no es nuestra voluntad, sino la suya. Y habiéndola entregado a su elección, y habiéndola colocado bajo su dirección, quiere que pongamos en ella toda la fuerza e intensidad de su propia y gran voluntad, y hacernos positivos, enérgicos, victoriosos e inconmovibles como Él.

Hágase tu voluntad, y no la mía (Lucas 22:42). Ese es el primer paso. Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo (Juan 17:24). Esa es la segunda actitud. Ambas son divinas y correctas, ambas son necesarias para vivir correctamente y trabajar con éxito para Dios.

A. B. Simpson

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