Devocional 06 ene. – Andrew Murray
La cruz de Cristo
Gálatas
2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo
en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el
cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
La
cruz de Cristo es su mayor gloria. Dado que se humilló a sí mismo muriendo en
la cruz en nuestro lugar, Dios le ha exaltado grandemente. La cruz fue el poder
que conquistó a Satanás y el pecado. Como Cristianos, compartimos con Cristo en la cruz. Cristo vive en nosotros por medio del Espíritu Santo, y nosotros
vivimos como alguien que murió con Cristo.
Conforme
nos damos cuenta del poder de la crucifixión de Cristo, vivimos como personas
que han muerto al mundo y al pecado. Cristo, el crucificado, vive en nosotros.
Jesús dijo a sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a
sí mismo, y tome su cruz, y sígame» (Marcos 8:34). Han visto a hombres
llevar una cruz? Conocían que significaba una muerte dolorosa? Toda su vida,
Cristo llevó su cruz, la sentencia de muerte de que habría de morir por el
mundo.
Como
cristianos, hemos de soportar la cruz, conociendo que somos dignos de muerte,
creyendo que estamos crucificados con Cristo, y que el crucificado vive en
nosotros. «Nuestro viejo hombre fue juntamente crucificado con Él» dice Romanos
6:6. «Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y
deseos» dice Gálatas 5:24. Cuando hemos aceptado esta vida de la cruz, podremos
decir «Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor
Jesucristo» (Gálatas 6:14).
Andrew
Murray
Comentarios
Publicar un comentario