Devocional 21 dic. – Charles Brooks

Maneras de mentir

Efesios 4:25 Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.

Deberíamos suponer que el odioso vicio de la mentira fuese tan profunda y generalmente detestado, que eso obrase su propia cura. Pero cada día tenemos razones para desconfiar y ser precavidos. No podemos dar una fe implícita a las declaraciones que oímos, o a los movimientos que notamos. Mencionaré algunos ejemplos.

En primer lugar, un modo común de mentira es la exageración. Hay personas que todo lo hablan con superlativos, y no pueden soportar una descripción clara y honesta. De ahí que los encontremos hinchando y estirando las descripciones más allá de lo que es natural y verdad.

Otro modo es la equivocación, revistiendo nuestros pensamientos con palabras con intención de confundir, o de que transmitan un significado diferente del que está en nuestras mentes. Esta forma de colocar nuestras afirmaciones sobre un punto de equilibrio, de manera que luego puedan inclinar su peso hacia un lado o a otro según exija después nuestro interés, muestra una deshonestidad profunda y vigilante.

Un tercer modo de mentira es la adulación. El adulador se viste con un ropaje de honestidad. Pero ¿acaso es un paliativo el que des veneno a tu amigo ocultándolo con miel?

Otro modo, que es común en los negocios, es representar los bienes en una luz que no merecen.

El sexto modo es la palabra áspera y con prejuicios que arroja manchas sobre un carácter que nunca pueden limpiarse. El calumniador es un incendiario de la sociedad. La verdad se viola también cuando hay una alabanza excesiva que se derrama sobre personas a las cuales solo su posición o riqueza protege de una execración general.

Aún otro modo de mentir, es no decir toda la verdad. El que añade o retrae de una narración algún hecho que le pertenece, es un falsificador y sacrifica el principio que mantiene unida a la sociedad.

La falsedad es deshonrosa, y está estrictamente prohibida por el Cristianismo. La verdad, por contraste, es amiga de Dios.

Charles Brooks

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