Devocional 16 dic -Lord Kinloch

Cómo limpiar la contaminación del espíritu


2 Corintios 7:1 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.

Por esta amonestación, se nos lleva a reconocer una seria verdad: Aparte de la contaminación de la carne, existe una contaminación del espíritu. La pureza externa más escrupulosa puede coexistir con la suciedad interior, que coloca al individuo en el punto más bajo de la degradación moral. Hasta para los mejores puede haber una contaminación de este tipo. En el contexto se sugiere que existe un método seguro para limpiar esta contaminación del espíritu, y es meditar en las promesas de Dios, siendo así estimulados a adecuarnos para disfrutarlas por medio de «perfeccionar la santidad en el temor de Dios».

Oh bendito Señor, que me has llamado en tu Palabra a ser un heredero de Dios por medio de ti, dame gracia, te lo ruego, para esforzarme por adecuarme a esta herencia, y concede que, libre de manchas en el exterior, también tenga dentro de mi corazón esa santidad sin la que ningún hombre verá al Señor, para alabanza de tu Espíritu que habita en mí.

Lord Kinloch

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