Devocional 05 dic. – Martyn Lloyd Jones
El temperamento
Mateo 5:3 Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
La gente suele decir: «Conozco a alguien que no es cristiano, nunca a asistido a un culto, ni ha leido la Biblia, ni ora, y dice no estar interesado en serlo. Pero ese alguein, es más cristiano que mucha gente que dice serlo. Siempre es de buen trato y amable, no dice malas palabras, ni expresa juicios sin misericordia, y siempre hace el bien». Este es el tipo de confusión que surge porque desconocemos.
Si tomamos a esa persona, que por naturaleza parece ser buena persona. Si de verdad hemos leido de las bienaventuranzas, entenderìamos que esa persona tiene un buen temperamento natural. Algunos nacen agresivos, otros calmados; otros atentos, otros lentos. Tal y como la gente es diferente en su apariencia física, también lo es en el temperamento; y si eso es lo que determina si una persona es salva o no, entonces que eso es totalmente injusto.
Pero gracias a Dios, porque la vida cristiana no se analiza asi. Cualquiera de nosotros, que haya nacido de nuevo, ha de ser como lo afirman las bienaventuranzas. Esa es la gloria central del evangelio, donde Dios toma al hombre que es por naturaleza, orgulloso y convertirlo en un hombre pobre en espíritu.
Diría
que nunca hubo un hombre de naturaleza más orgullosa que John Wesley; pero se
convirtió en alguien pobre en espíritu. No debemos ver las disposiciones
naturales, ni lo físico y animal, ni aquello que parece simular
el carácter cristiano. Las características y disposiciones de las
bienaventuranzas son el resultado de la gracia, producto del Espíritu Santo, y,
por tanto, son posibles para todo el mundo. Derriban todos los estados y
disposiciones naturales.
Martyn
Lloyd Jones
Amén
ResponderBorrar