Devocional 23 nov. – Alexander Smellie

Sin Dios en el mundo 

Efesios 2:12 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.

Antes estaba sin Cristo. Había escuchado acerca de Jesús con mis oídos, pero no le conocía. No era mi Salvador, mi Maestro, mi Rey, mi Amigo. No era la necesidad de mi vida, a quien me volvía siempre con agrado. Estaba separado de Cristo.

También estaba sin hogar. Con frecuencia estaba dentro de las paredes de la iglesia, pero no encontraba gozo de corazón en esto. No era para mí un palacio hermoso; no era el lugar de mi nacimiento espiritual, mi refugio o mi deleite. Estaba alejado de la ciudadanía de Israel.

Además estaba sin mensaje. A menudo tenía la Biblia en mis manos, ningún libro estaba en mis manos con tanta frecuencia. Pero sus advertencias no me conmovían, sus preceptos no eran mandamientos para mí, y sus buenas nuevas no me regocijaban. Era ajeno al pacto de la promesa.

Estaba sin esperanza. Probablemente profesaba creer en mi inmortalidad. Pero creer eso, siempre que lo afrontaba así fuera ligeramente, me alarmaba. Hubiese preferido beber del río Lete en abundancia o comer del loto. Porque no tenía esperanza.

Por último estaba sin Dios en el mundo. No era ateo en teoría o por profesión, pero lo era en la práctica. No estaba gobernado por el pensamiento de su presencia, que llena los cielos y la tierra. No me regocijaba en la comunión con Él. No buscaba su gloria. No, estaba sin Dios en el mundo, el mundo que crearon sus dedos.

Mi Señor, que has cambiado todo esto. Hoy recordaré el foso de donde me sacaste. Profundizaré mi humildad. Elevaré mi alabanza.

Alexander Smellie

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