Devocional 09 Nov. – Elias Pledger
Cuando temo en ti confío
1 Juan 5:4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.
En
la experiencia del pueblo de Dios, con frecuencia, cuando su condición material
tiene problemas, se llenan de temores y confusión en su interior. Cuando hay
aflicción, Satanás trata de abrir una brecha entre Dios y nosotros, y es más
malicioso con aquellos con los que tiene poca esperanza de victoria, como en el
caso de Job.
Si
no puede hacer que tropecemos con una piedra, tratará de agitarnos con una
tempestad. Si no puede robarnos la gracia, tratará de disturbar nuestra paz y
bienestar. Los creyentes pueden esperar tener tribulaciones exteriores e
interiores, porque nos hemos casado con Cristo con su cruz. Ciertamente somos
librados de la maldición, pero somos asignados a la cruz.
Las
aflicciones pueden ser muchas, y muy pesadas, y llegar una tras otra. Puede que
encontremos que el fuerte golpe sea lo bastante duro como para ejercitar toda
nuestra fuerza y paciencia de fe. Las aflicciones interiores son mucho más
pesadas y dolorosas que las aflicciones del cuerpo, porque ¿quién podrá
soportar un espíritu herido?
Sin
embargo, no es inusual que nos encontramos que ambos golpes recaen a la vez
sobre nosotros, como lo haría una carga pesada sobre una espalda rota. ¿Qué
haremos? Hemos de aferrarnos a Dios por un acto de fe renovado. La fe no solo
se emplea como punto de entrada a la gracia, sino también para continuar y
progresar a través de todas las tentaciones y dificultades. La fe y la oración
deben ser como el respirar de nuestras almas para mantener el corazón vivo.
Hemos de confiar en el Señor en cada cambio y condición de la vida.
Apoyaré
el peso de mi espíritu que se hunde en la gracia libre de Cristo. Renovaré mis
fuerzas, vida y expectativas allí. Ese es el camino. Nunca me volveré de él. Un
cristiano que confía en esta fuerza puede desafiar las puertas del infierno.
Salmos 56:3 dice: «En el día que temo, yo en ti confío». ¿Tienes temor? ¡Quién
no! ¿Pero qué camino tomarás entonces? Cree. Utiliza siempre la fe, y hazlo
ahora.
Elias
Pledger
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