Devocional 06 junio – Martyn Lloyd Jones

Encerrado en Cristo

Romanos 3:22-23  la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,

El verdadero cristiano se da cuenta del camino de salvación de Dios en Cristo. Estas son las grandes buenas noticias. «Esto es lo que predico», dice Pablo a los Romanos: «esta justicia que es de Dios, que es en Jesucristo, su justicia».

¿De qué habla? puede ponerse en forma de pregunta si lo prefieres. ¿Cuál es tu idea de Cristo? ¿Para qué vino al mundo? ¿Qué es lo que hizo Dios en Cristo? ¿Es sólo un maestro, un buen ejemplo?….No, esta justicia de Dios en Jesucristo es algo afirmativo. La salvación está completamente en Cristo, y, a menos que sientas que estás encerrado en Cristo y que todo lo demás ha fallado, no eres un cristiano, y no es sorprendente que no seas feliz.

«La justicia de Dios en Jesucristo» significa que Dios lo envió a Él al mundo para honrar la Ley, y que así los seres humanos pudieran ser perdonados. En Él tenemos a alguien que rindió a Dios una obediencia perfecta. En Él tenemos a alguien que es Dios en la carne, que tomó la naturaleza humana sobre sí mismo, y que, como hombre, rindió perfecta honra a Dios, perfecta lealtad y perfecta obediencia.

Guardó la ley de Dios completamente y absolutamente sin ningún fall. Pero no solo eso. Antes de que las personas puedan reconciliarse con Dios, el pecado debe ser quitado. Dios dijo que castigaría el pecado, y el castigo del pecado es la muerte y ser expulsados de la presencia de Dios. Dios le envió como propiciación. Esto significa que Dios lo hizo responsable por nuestros pecados. Fueron colocados sobre Él y Dios trató allí con ellos y los castigó, y, por tanto, puede perdonarnos en justicia.

Era un atrevimiento que el Apóstol dijese esto, pero tenía que decirse. Dios, al ser justo, santo y eterno, no podía perdonar el pecado de los hombres sin castigarlo. Dijo que los castigaría, así que debe castigarlos, y, bendito sea su Nombre, los ha castigado. Es justo, por tanto, y justifica a los que creen en Jesús.

Martyn Lloyd Jones