Zacarías 11

Los pastores inútiles

Zac 11:8  Y destruí a tres pastores en un mes; pues mi alma se impacientó contra ellos, y también el alma de ellos me aborreció a mí. 

En los vv. 1-3, vemos que la fortaleza que tendría Israel sería tan notorio que no habría enemigo capaz de hacerle frente. El profeta usa la figura de los árboles para representar a los imperios con apariencia invencible. El Líbano era famoso por los cedros, árboles de madera preciosa, que a pesar de su grandeza seria consumida con fuego, símbolo del juicio divino. El ciprés no escapará de la destrucción.

Si el cedro sería destruido, ¿Cómo podría escapar el ciprés que es más débil? También el profeta menciona el encino, árbol que tiene la característica de tener una raíz profunda. Dice que aullará por el dolor que le sobrevendrá, dando a entender que cualquier imperio por muy seguro y estable que esté, no podrá mantenerse en pie; Dios tiene el poder suficiente para derribarlo.

Los vv. 1-2 centraron su atención en los grandes imperios que habían atacado a Israel; en cambio el v. 3 enfoca su atención en el problema interno. El juicio se dirige a los líderes nacionales; ellos tampoco escaparán del juicio. Seguidamente el profeta detalla las razones del juicio y en qué consistirá el castigo.

El v. 4 introduce al tema del juicio contra los pastores que recibirán su castigo. Este pasaje predice la destrucción de la nación de Israel, con toda la secuela de aflicciones que esto producirá, y una referencia mesiánica. Zacarías toma el lugar del pastor de Israel; como un buen pastor, pero cansado de la rebeldía de su pueblo, abandona el oficio y le destinan un salario de treinta piezas de plata.

El mismo profeta Zacarías recibe el llamado de Dios para dedicarse a una actividad sublime pero infructuosa. El llamado que Dios le hace al profeta era de pastorear a las ovejas que de antemano iban destinadas al matadero. Los pastores o dirigentes del pueblo miraban con desprecio a las ovejas, y no mostraban ningún interés por el bienestar de ellas.

Dios puso reyes, sacerdotes y profetas para que sirvieran de pastores para conducir al pueblo de Dios a una vida santa; sin embargo, ellos no cumplieron con su función. Las ovejas se desviaron por la falta de un cuidado pastoral, pero eso no justificó el proceder del pueblo; ellos también debían sufrir el castigo. Por cuanto toda la nación era culpable de rebelión, debían sufrir las consecuencias de su mal vivir. Sería una guerra sin cuartel, una lucha de hombres contra hombres; donde Jehová no haría nada para salvarlos (v. 6). Esto se cumplió cuando los judíos cayeron en manos del imperio romano, y más tarde fueron eliminados de su tierra (70 d.C.), cuando Tito destruyó Jerusalén.

Del v. 7 en adelante vemos al profeta Zacarías aceptando y realizando  la tarea pastoral con dos cayados simbólicos en la mano, a los que les puso por nombre Gracia y Vínculo, símbolos de la relación de Dios con su pueblo. Éste fue escogido por gracia, como un favor inmerecido. Dios escogió a Israel, sin poseer mérito alguno para ser elegido; la elección fue sellada con un pacto que estableció un vínculo entre Dios y su pueblo.

El pastor, con la ayuda de estos dos cayados, eliminaría a tres pastores (v. 8). Este número se refiere a tres órdenes; los profetas, sacerdotes y gobernantes, por la destrucción de la vida política del pueblo. El Mesías se constituyó  en el Anticipo, de profeta, sacerdote y rey La respuesta del pueblo fue negativa; la actitud de rebeldía creció aún más, durante la presencia  del pastor-mesías. Dijeron “el alma de ellos se hastió de mí”. No deseaban cambiar de vida, querían seguir por sus propios caminos, se complacían con la dirección de los profetas negligentes; ahora que se les señala la verdad la rechazan y la menosprecian hasta desesperar al pastor.

La reacción del pastor parece muy natural y humana: decide abandonar al rebaño sin importarle lo que le pueda suceder (v. 9). Sin pastor las ovejas generalmente perecen, y un pueblo en esas circunstancias también perecerá. Moisés, cuando recibió la advertencia de Dios sobre su muerte, pidió que Dios no dejara al pueblo como ovejas sin pastor, que les diera un líder para conducirlos.

Seguidamente el Señor hace referencia a su reacción contra estos actos del pueblo. Primero habla del primer cayado que toma el pastor para romperlo, la Gracia, rompiendo con ello el pacto que Dios había hecho con el pueblo (v. 10). Luego rompe el segundo cayado (v. 14) que representa la fraternidad entre Judá e Israel; estos dos hechos que son representados de esta manera gráfica representan hechos consumados y por consumar. El reino se dividió después de la muerte de Salomón; su hijo Roboam y Jeroboam dividieron el reino en dos. En el año 721 a.C. Asiria tomó Samaria, la capital del reino del norte, y fueron conducidos 27.290 israelitas al cautiverio y Jerusalén cayó en el año 587.

El v. 12 hace referencia con la vida del Señor Jesucristo. El salario que pesaron or el pastor fue una cantidad despreciable; era la cantidad que se le asignaba a un esclavo cuando éste era herido por un buey. No era el precio digno de un hombre libre. El v. 13 nos recuerda la traición de Judas: con la misma cantidad de dinero vende a su Señor. Devuelto el dinero los principales sacerdotes deciden adquirir el campo del Alfarero (Mt.27:6-7).

En los vv. 15-17 Jehová invita al buen pastor a abandonar al rebaño, dejándolo expuesto a toda clase de peligros. No valía la pena luchar por algo imposible; el pueblo estaba empecinado en hacer lo malo, su corazón estaba endurecido, por lo cual Dios los abandonó a su suerte. Se levantaría un mal pastor (Anticristo) que no se ocuparía por el bienestar de las ovejas; vendría para destruir al rebaño sacando ventaja de la debilidad, y los destruiría sin misericordia.

Pero ¡Ay del pastor inútil que abandona el rebaño! (v. 17) El privilegio implica responsabilidad; la negligencia no será perdonada. El castigo que sufriría lo sentiría en lo más profundo de su ser; había sido preferible la muerte rápida a una muerte prolongada. Este mal pastor se es presentado con el brazo y el ojo derecho destrozados. Es imposible concebir a un pastor manco y tuerto a la vez; su trabajo será peligroso y requerirá mucha destreza. Los pastores de la región de Judea tenían que luchar contra las fieras mismas para guardar al rebaño.

El mensaje de Zacarías tiene vigencia para aquellos a quienes Dios ha puesto como líderes en cualquier puesto de servicio o de dirección. Sean éstos líderes políticos o religiosos, Dios pedirá cuentas de su servicio; los hará responsables si sirvieron, o se sirvieron del puesto para enriquecerse, satisfaciendo sus intereses egoístas. 

El mensaje es para aquellos a quienes Dios ha llamado para dirigir una congregación a no perder de vista el ministerio de pastoreo, de dirección, de consolación y restauración de aquellos que están bajo su responsabilidad. Heb.13:17 dice que los pastores o dirigentes habrán de dar cuenta a Dios por aquellos quienes están bajo su cuidado. Dios busca servidores; el que no sirve será rechazado, juzgado y condenado.

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