Zacarías 2

Visión del cordel para medir

Zac 2:1 Alcé después mis ojos y miré, y he aquí un varón que tenía en su mano un cordel de medir

Luego de la visión de los caballos y la de los cuernos y los carpinteros, el profeta presenta la visión de un hombre con un cordel de medir.  En esta se muestra un varón que sale para medir a Jerusalén como una muestra de restauración. El varón tenía como tarea tomar las medidas para reiniciar la reconstrucción. El Profeta  estaba preocupado por la construcción del muro de protección.

La ciudad de Jerusalén en la época del AT contaba con un muro que la rodeaba, con 8 puertas y 34 torres donde los arqueros se apostaban para disparar contra los enemigos. Cuando la ciudad de Jerusalén cayó en manos de Nabucodonosor, los babilonios destruyeron los muros y entonces lograron la rendición de Jerusalén. El pasaje ahora señala que con el regreso de los habitantes de la ciudad santa, la ciudad del rey, ellos tenían que reconstruir la ciudad y sus muros.

La preocupación natural del pueblo era la protección y la seguridad. Ellos necesitaban del muro, pues sería muy difícil ocupar una ciudad tan insegura sin un muro que ofreciera protección, contra los enemigos que abundaban por los alrededores. Siempre el pueblo de Israel se vio rodeado por enemigos por todos lados. Israel estuvo situado entre dos grandes imperios como lo eran el imperio egipcio al sur y los imperios de babilonios, asirios, persas y otros al norte. Cerca de sus fronteras tuvieron a los filisteos, edomitas, amonitas y, posteriormente al cautiverio, los mismos samaritanos.

Los samaritanos fueron el resultado de la mezcla de los israelitas con gentiles. Cuando cayó la ciudad de Samaria en el año 722 a.C., quedó un remanente de israelitas, estos se unieron con los gentiles que los asirios llevaron a esa región dando origen a una raza mixta. Los samaritanos eran despreciados por los judíos por ser descendientes de judíos que se habían contaminado al unirse con gentiles. En un principio los samaritanos quisieron ayudar a la reedificación del templo (4:1-3), pero los líderes de los judíos no se lo permitieron. Enojados por esta actitud de rechazo, obstaculizaron la realización de la obra, la cual fue paralizada por 16 años.

El ángel que habla con Zacarías en el v. 3 es interceptado por otro ángel, quien ordena al primero hablarle al joven que iba a medir Jerusalén. El mensaje de este último ángel tenía gran importancia: "Jerusalén sería habitada sin muros". La población había crecido durante este periodo y aun el ganado también era mucho; no se podían reconstruir los muros antiguos porque la ciudad necesitaba mas espacio, había que expandir los límites.

A la par del mandato del ángel venía el mensaje consolador con la palabra de Jehová, quien le dice al pueblo, refiriéndose a Jerusalén: “Yo seré para ella un muro de fuego alrededor” (v. 4). Cuando Jehová se compromete a proteger no hay nada que temer, y los israelitas lo sabían. El fuego era señal de seguridad plena contra los enemigos.

A la vez Jehová estaría en medio del pueblo como su gloria. No solo iba a guardar al pueblo, también iba a permanecer en medio de él (v. 5). El tema de la presencia de Jehová era la constante presencia de Jehová con el pueblo.  En esta visión de Zacarías, la promesa es que la gloria de Dios vendría sobre toda la ciudad y sobre todo el pueblo.

En los vv. 6-8 hay una invitación para aquellos miembros del pueblo que todavía estaban fuera de su patria. No estaban reunidos en un solo lugar; había israelitas por todas partes. El profeta le recuerda al pueblo, que esta dispersión fue un acto permitido por Jehová para castigar a su pueblo, pero que el tiempo de volver había llegado (v. 7).

He aquí la importancia de esta visión: "Jerusalén sería habitada sin muros porque Jehová mismo sería un muro de fuego a su alrededor".  Las dos visiones anteriores nos revelaron que Dios castigaría a la tierra del norte. Recordemos que en la primera visión los exploradores salen bajo el mando del jinete cabalgando sobre un caballo rojo, símbolo de venganza, sangre y destrucción, y en la segunda visión los cuatro cuernos son seguidos por los cuatro carpinteros  que vendrían para derribar los cuernos.

El v. 8 describe una de las verdades centrales del AT: el amor electivo de Dios. Por la elección de que fue objeto el pueblo de Israel, es llamado la niña de su ojo, lo más preciado que Dios podía tener (Ex.19:5). Las naciones que habían tocado al pueblo de Dios tendrán su merecido castigo, porque habían estado peleando contra Dios mismo, y Él peleará contra ellos.

El mensaje de esta visión tiene tres dimensiones: una promesa de seguridad, siendo Jehová un muro de fuego alrededor de la ciudad;  la purificación del pueblo; el pueblo que aún estaba en Babilonia, símbolo de pecado y condenación, debía huir para reunirse con la totalidad de sus hermanos en la ciudad santa; y la retribución o castigo que Dios traería sobre los enemigos de Israel. A la luz de estas tres dimensiones el pueblo debía elevar su voz, para cantar las maravillas y las grandezas de un Dios Salvador.

Los vv. 10-13 contienen un mensaje muy personal del mismo Jehová, quien con su majestuosa presencia infundirá gozo al pueblo débil, agobiado por esa obra tan grande. Este es el tipo de mensaje de aliento, de ánimo para una nación desanimada. La presencia de Jehová tendría sus implicaciones en la vida de la nación, lo cual se transformaría en bendiciones. El pueblo debía gozarse porque pronto vendría sobre él bendiciones abundantes que transformarían el estado actual de las cosas.

Este capítulo termina con un llamado especial a la humanidad entera a reverenciar el nombre de Jehová, no una reverencia  parcial, sino una reverencia universal digna de un gran soberano (v. 11). El hecho de que Él haya despertado no significaba que haya estado durmiendo, sin duda se trata de una figura que indica que había entrado a juicio contra las naciones enemigas.

A pesar de que Dios ha demostrado de diferentes maneras que él es fiel, que es el Creador, el sustentador y mucho más, el hombre duda y busca ayuda en el lado equivocado. Se olvida de las hermosas palabras: “¡Buscad a Jehová, mientras puede ser hallado".

Comentarios

Entradas populares