1 Tesalonicenses 3
El Pastor y su rebaño
Habiendo
fracasado todos los esfuerzos para ir personalmente, Pablo acepta el plan de
permanecer en Atenas (a unos 500 km. de Tesalónica) y enviar a uno de sus discípulos
en su lugar. A Timoteo se le entregó la
tarea que fuera antes a otras iglesias. Pablo enfatiza que Timoteo era su hermano, un hombre de
probada confianza. Se dice “colaborador de Dios”, es decir, una persona que es
un servidor de Dios en el trabajo del evangelio, con la tarea de difundir el
evangelio de Cristo, que incluye tanto la evangelización como el discipulado de
la iglesia. La visita de Timoteo había tenido el efecto de fortalecer a la
iglesia para que ellos pudieran resistir la tentación y la presión con más
firmeza (vv.1-2).
Los
vv. 3-4 señala que ante cualquier circunstancia difícil que apareciese en el
camino, esperaba la ayuda de ellos para enfrentarla con mayor fortaleza. Los creyentes
sabían que les esperaban presiones de los de afuera porque Pablo había ya lo
había reiterado, sin duda haciendo referencia a su propia experiencia y a la de
las iglesias de Judea (2:14).
Luego
de enviar a Timoteo, Pablo estaba profundamente interesado en saber si ellos
estaban manteniendo su fe (v. 5). Era posible que Satanás los hubiera tentado
de tal manera que la iglesia hubiera sido destruida, y todo el trabajo que se había
realizado hubiera sido en vano. Aunque ninguna tentación puede ser tan grande
que no pueda ser resistirse (1 Cor.
10:13), sin embargo los creyentes no siempre la resisten con éxito. El creer en
el poder de Dios para preservar a su pueblo no libró a Pablo de preocuparse y
orar por ellos.
Las
buenas noticias de Timoteo, disiparon todos los temores de Pablo (vv. 6-8).
Estaba tan lleno de gozo que escribió esta carta tan pronto como fue posible
después del regreso de Timoteo. Las dos características cristianas
fundamentales de fe y amor eran vivas y sanas en Tesalónica. La iglesia estaba
llena de deseo de ver a Pablo. Esto mostró que los creyentes no habían dejado
de lado el evangelio y en realidad pertenecían al pueblo elegido de Dios (1:4).
Estaban firmes en su dependencia del Señor
y así podían enfrentar toda oposición (Ef. 6:10). El informe de Timoteo
había venido cuando Pablo mismo se sentía oprimido por sus propias
circunstancias difíciles y por las presiones sobre él. El ministro cuya tarea
era la de animar a otros, era él mismo animado y revivido por las noticias de
la iglesia.
En el v. 9 Pablo escribe acerca de los sentimientos de gozo, expresados por la iglesia delante del Señor, comparados a los manifestados por los israelitas cuando celebraban sus fiestas en la presencia del Señor (Deut. 12:12-18). El gozo puede ser simplemente una expresión de nuestros sentimientos de felicidad; para Pablo era una ocasión para dar gracias a Dios, quien era su fuente.
En
el v. 10 Pablo imploró con mucha insistencia su deseo de visitar de nuevo a la
iglesia. Tenía simplemente el deseo de querer estar con ellos, y anhelaba
ayudarlos a superar cualquier debilidad que hubiera quedado en la fe. Aunque
habían permanecido firmes, no eran perfectos, ni en conocimiento cristiano ni
en conducta. Esta carta era un intento de Pablo para suplir por escrito lo que
no podía darles en persona. Al tiempo que estaba escribiendo, él todavía es
taba deseando y orando por la posibilidad de una visita a la iglesia. Su ruego
fue finalmente contestado (Hch. 20:1).
En
los vv. 11-12 Luego de contarles a sus lectores acerca de sus oraciones, Pablo
comienza a orar. En lugar de dirigírsela a Dios directamente, Pablo expresa en oración
tercera persona: ¡Que el mismo Dios y Padre nuestro, con nuestro Señor Jesús,
nos abra el camino hacia vosotros! La oración enlazaba a Dios como Padre y al
Señor Jesucristo. En la primera petición Pablo manifiesta deseos de volver a
visitar a la iglesia, y en la segunda expresa su deseo por verlos crecer en
amor y santidad. Su amor debía expandirse más allá de la iglesia e incluir a
todos. Pablo se cita a sí mismo como ejemplo, no para dar información al Señor, sino porque trataba
de animar a la iglesia a cómo debían orar y vivir.
En
el v. 13 Pablo expresa su deseo que los miembros de la iglesia debían ser irreprensibles
en santidad delante del Señor cuando él venga en juicio. Él estaba orando para
que crecieran y se desarrollaran en ser
irreprensibles en el tempo futuro cuando el Señor venga. El cree que el Señor podía
venir muy pronto y por lo tanto ruega que Dios afirme sus corazones en estas
cualidades ahora y que continuarán en ese estado hasta que el Señor venga (2:19).
Ellos no necesitaban temer la ira de Dios (1:10), pero será un tiempo de evaluación y de recompensa o pérdida. Estos también era aplicado a los creyentes que hubiesen muerto y que vendrán con los creyentes vivos al encuentro del Señor (4:16-17), junto con los ángeles que acompañaran la venida final de Dios (Zac. 14:5), o el Hijo del Hombre.
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