Devocional 25 sep. – A.B. Simpson

El Señor tu sanador

Éxodo 15:26 y dijo: Si oyeres atentamente la voz del Señor tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy el Señor tu sanador.

Es muy razonable que Dios espere que confiemos en Él para nuestros cuerpos así como lo hacemos para nuestras almas. Si nuestra fe no es lo suficientemente práctica para darnos alivio temporal, ¿Cómo podremos aprender a depender de Dios para cualquier cosa que implique un peligro serio?

Está muy bien hablar de confiar en Dios para la salvación después de la muerte, que es algo distante y futuro. Casi no existe ningún cristiano sobre la tierra que no confíe en ser salvado algún día, pero no hay asidero en una fe como esa. Solo cuando nos encontramos cara a cara con problemas de verdad y fuerzas abrumadoras podemos probar la realidad del poder divino en una vida sobrenatural. 

A fin de educar nuestros espíritus así como dar una provisión de gracia para nuestros cuerpos temporales, Dios siempre ha enseñado a Su pueblo a reconocerle como proveedor de todas sus necesidades, y a que lo vean a Él como el Médico de sus cuerpos y el Padre de sus espíritus. ¿Hemos aprendido lo que significa «El Señor tu sanador»? ¿Ha cambiado Él nuestro Mara de pruebas en un Elim de bendición y alabanza?

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