OSEAS 13 – Ps Jose Guerrero
¿Baal o Dios?
El cap. 13 consta de cuatro
discursos divinos que proclaman el fin de Israel y su relación especial con
Dios. Los vv. 1-3 dan una profecía de juicio que muestra la opción del baalismo
y su consecuencia. En los vv. 4-8 se encuentra otra profecía que muestra el
rechazo del Señor del pacto, y su consecuencia. Los dos unen el pasado y el
presente para explicar el futuro. Después de un discurso de disputa en los vv.
9-11, Oseas presenta la última profecía de juicio del libro en los vv. 12-16.
En la historia de Israel, la
tribu más poderosa había sido Efraín, que siempre hablaba con autoridad e
inspiraba temor. A causa de sus pecados y a pesar de ser temido, Efraín murió
tanto en sentido espiritual como nacional. (v. 1)
Los hombres que sacrificaban
debían besar al ídolo como un acto de adoración y devoción (v. 2). Como parte
del rito religioso incluía besar sus pies, como símbolo de tributo, un acto de
honra, gratitud, sumisión. Los hace culpables ante Dios, por lo que Israel sería
como niebla, rocío y tamo.
La sentencia responde a la
acusación. Como Efraín buscó vida en Baal y su control de la naturaleza, sería
como los elementos de la naturaleza que en realidad no son nada: niebla, rocío,
tamo y humo (v. 3).
La segunda profecía (vv.
4–8) de juicio emplea términos totalmente opuestos a los del baalismo. Dios se
presenta como el Dios de la historia que no se limita a ciclos mitológicos.
Dios comienza la profecía con una declaración de su propia bondad (v. 4) que
hace la carga contra Israel aún más horrible. Al entrar en un pacto matrimonial
con el Señor, Israel debía permanecer fiel a Él de manera única y exclusiva. No
obstante, Israel se olvidó de Él.
Los vv. 9-11 dan un discurso
de disputa que responde a las objeciones de algunos a este mensaje tan duro del
profeta. Ellos aún creían que la nación no sería destruida; creían que un nuevo
rey y un nuevo pacto, podía arreglarlo todo. Sin embargo, no es el profeta el
que responde, sino Dios quien disputa con su pueblo. Desde el principio la
monarquía de Israel desafió el señorío del Señor.
Ahora, Dios anuncia que
todos los reyes, desde Saúl hasta Oseas, habían sido una expresión de su furor,
y en su ira los habría quitado, desde Saúl hasta Oseas. Esta disputa ocurre
durante los últimos tres años de Samaria después de la cautividad del rey Oseas;
y contesta a los que piensan en poder establecer a un nuevo rey y que no hay
nada que ellos puedan hacer que frustre el plan de Dios para castigar a Israel.
Luego, Dios presenta su
última profecía de juicio a su pueblo en los vv. 12-16. Esta profecía era muy
dura; utiliza el lenguaje militar realista de su día en la sentencia del v. 16.
La acusación del v. 13 y la sentencia del v. 15, por el contrario, emplea
metáforas de fertilidad. Dios declara que a pesar de todo lo que había pasado,
Israel sigue pecando y no piensa arrepentirse; no habría un nuevo nacimiento
porque Israel era torpe.
El padre esperó al hijo por
mucho tiempo a pesar de los dolores. Sin embargo, se acabó el tiempo. Ahora no
habría más compasión, sino que Dios invocaría a la muerte y al Seol para que vinieran
a hacer lo peor a Israel. No nacería ni produciría. Perdería todo lo que le atesoraban.
Con el v. 16 Oseas deja las
metáforas y habla en términos claros y realistas. Israel definitivamente se
rebeló contra su Dios. Por eso Dios usaría a Salmanasar como un instrumento de juicio. La ironía era
que también Salmanasar y los asirios venían para castigar a Israel por su
rebelión política. Nada podía detener la destrucción de Samaria.
En esta destrucción los más
débiles sufrirían con los guerreros. Todos caerían a espada; sus niños serán
estrellados, y sus mujeres embarazadas serian reventadas. Esta gente buscó la
vida mediante los cultos de fertilidad y el baalismo; lo que encontró fue
solamente la muerte. Este cap. termina como se inició,
proclamando la muerte de Efraín porque había dejado al Dios de Israel para
seguir a Baal.
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