Devocional 25 mayo – R.C. Sproul

Palabra clara

Deuteronomio 6:6-7  Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. Las enseñarás diligentemente a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.

Como una espada de doble filo, la palabra de Dios corta a través de la niebla de confusión, separando la verdad del error y haciéndonos responsables ante nuestro Creador. Puede hacer esto porque Dios la inspiró. Las palabras de las Escrituras salen del aliento de Dios, haciendo que sean las palabras mismas de Dios, investidas con todo su poder y autoridad.

La espada espiritual de la palabra de Dios es poderosa, y, como aprendemos de muchos textos, también es clara. No requiere una educación especial entender el mensaje básico de salvación que se revela en las Escrituras. El capacitarnos en la interpretación correcta de la Palabra de Dios, en los lenguajes originales de las Escrituras y en el contexto original histórico de la Biblia, puede ayudarnos a entenderla con mayor precisión. Pero Dios es lo suficientemente claro en su Palabra al decir que incluso los no instruidos pueden leerla y saber lo que necesitan hacer para ser salvos y agradarle en la vida cotidiana.

Derivamos la doctrina de la claridad de las Escrituras de varios pasajes, incluyendo Deuteronomio 6:6-7. En este texto, el Señor habla por medio de Moisés a los israelitas, justo cuando estaban a punto de entrar en la tierra prometida. Pocos de ellos habían tenido una educación formal, pero Dios espera que estos hombres y mujeres ordinarios puedan entender y enseñar sus mandamientos a sus hijos. Las Escrituras enseñan verdades profundas, pero su mensaje no es solo para aquellos que mantienen un alto estatus social, o que han pasado años en la escuela o tienen acceso a la mejor escolarización. Es para todos.

La claridad de las Escrituras no significa que todo lo que hay en la Biblia sea fácil de entender. Más bien enfatiza que Dios no ha escondido el mensaje esencial de salvación a su pueblo.

No hemos de tener temor de dar una Biblia a alguien y decirle que la lea, porque Dios transmitirá su mensaje sin importar cuánta educación hayan tenido.

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