Ez. 34 - Ps Jose Guerrero

Los pastores de Israel

Ez. 34:2  Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? 

Se debe mencionar que el uso del término pastores, tanto en el AT como en los otros pueblos del Antiguo Cercano Oriente, se refería a los líderes en general, y especialmente los políticos militares.es (Isa. 44:28). Es decir que cuando en este texto se habla de los pastores se refiere al liderazgo, los que tenían la responsabilidad de guiar los destinos del pueblo.

En los vv. 1-10 se establece el juicio sobre los pastores. En los vv. 1-2 establece el origen divino de sus palabras, la naturaleza del mensaje; profetiza, y los destinatarios del mismo: los pastores de Israel. Para el profeta Ezequiel los líderes (pastores) habían sido responsables de la catástrofe que debió enfrentar la nación.

Los vv. 3-4 presentan una lista de pecados que ellos cometieron como líderes llamados por Dios. El v. 3 usa tres verbos (comer, vestirse y degollar) para describir el uso que hacían de las ovejas que estaban a su cuidado. El énfasis se encuentra en que lo hacían para sí mismos. El v. 4, hace referencia a dominar o gobernar. Muestra que los trataban como a extraños, enemigos o inferiores, olvidando que existían en razón de ellas.

En los vv. 4-6 se afirma que Dios juzgaría a los líderes religiosos porque se dejaron atrapar por sus intereses y olvidaron su servicio a los demás. Los líderes espirituales deben cuidarse de ir en pos de su desarrollo personal, a expensas de un pueblo quebrantado y esparcido. Cuando prestamos mucha atención a nuestras necesidades e ideas, tal vez echemos a un lado a Dios y abandonemos a los que dependen de nosotros.

Los vv. 7–10 muestran la respuesta de Dios a la crisis que habían provocado los líderes. Esta respuesta estaba dirigida a los pastores; llamándolos a “oír” la palabra de Dios (vv. 7-9). Comienza presentando las consecuencias de su maltrato del rebaño, que son a su vez las razones por las cuales Dios había decidido actuar contra ellos. Se afirma la frase “mis pastores no se preocuparon por mis ovejas”.

El hecho de que no cumplían con las demandas de Dios para la tarea que él les había asignado, no los libera de su responsabilidad como pastores. Los líderes cristianos deben escuchar esta advertencia y cuidar de su rebaño o tendrán un fracaso total. El verdadero liderazgo se centra en ayudar a otros y no en la autosatisfacción.

En los vv. 11- 16 se presenta la figura de Jehová, como el buen pastor. Este pasaje contrasta la conducta de los pastores con la del auténtico Pastor. Aquí se presenta el verdadero ministerio pastoral.

Comienza enfatizando que el buen pastor busca a las ovejas perdidas (v. 11). Los dos verbos usados “buscaré” y “cuidaré” muestran la idea de un cuidado dinámico y permanente. Dios se ocuparía directamente del cuidado de su rebaño. Los vv. 12-13 presentan la tarea del pastor en la liberación de las ovejas oprimidas. El texto resalta la obra de Dios a favor de su pueblo en contraposición a la tarea de los pastores, a los que nosotros podemos llamar malos pastores. Es significativa una comparación de las acciones de unos con el obrar de Dios.

En los vv. 17-22 se establece el juicio del rebaño, 34:17–22. Es interesante pensar en que las cualidades morales del pastor influyen en el rebaño. Los líderes de Israel habían fallado no solo en cuidar a su pueblo sino también en dar un ejemplo que los motivara en su conducta. Sin embargo, esto no quita la responsabilidad de las ovejas, de manera tal que el pasaje se dirige a ellas y al compromiso que deberían tener. Un mal pastor no solo es egoísta sino destructivo. Un ministro que enturbia las aguas de los demás al crear dudas innecesarias, enseña ideas falsas y actúa de manera pecaminosa que destruye el alimento espiritual de su rebaño.

Los vv. 18-19 muestran que las acciones realizadas por Dios a favor de su pueblo de liberarlos de los malos pastores y cuidarlos de las heridas sufridas no resuelve el problema del rebaño. Si bien los pastores habían abusado de las ovejas, ellas habían tenido actitudes de abuso entre ellas mismas. Se había desarrollado entre ellas una pérdida de la solidaridad, la indiferencia era la actitud común, por eso cada uno solo miraba por sí mismo.

Por esto es necesario que Dios mismo interviniera (vv. 20-21), dado que los animales robustos abusaban de los débiles. El texto termina con una nueva afirmación de la obra de Dios a favor de su pueblo (v. 22). Esta afirmación contiene una promesa, pero al mismo tiempo una advertencia: Ellos podían estar tranquilos que la presencia de Dios en medio suyo evitaría que se repitan los abusos, pero esa misma presencia servía de advertencia contra su forma de vida.

En los vv. 23- 31 se menciona a Jehová como el  pastor que se pondría sobre su pueblo. Este es un pasaje mesiánico; su lectura, especialmente de los vv. 23-24, muestran un paralelismo con el ministerio de Jesús que impresiona. Se hace referencia que es Dios quien toma la iniciativa de levantar al siervo que necesita. No surge de acuerdos humanos, ni por sucesión dinástica, es quien Dios ha escogido.

También afirma  que sería siervo, enfatizando su servicio; no se sirve de las ovejas sino que sirve a ellas. Continua afirmando que lo llamará “mi siervo David”; esto quiere decir que tendría un liderazgo al estilo de David. Se pueden mencionar muchos defectos de David pero no se puede negar su patriotismo, su sinceridad y su búsqueda de una relación íntima con Dios. Luego el texto dice “yo levantaré”. El término hebreo significa permanecer firme; el pastor que se levantará tendrá la fuerza necesaria para la tarea que Dios le había encomendado.

Sigue diciendo que “será un solo pastor”, tiene el sentido de único, y muestra la singularidad, la diferencia entre este pastor y los que existieron antes. También afirma que “desarrollará su ministerio en medio de ellos”. El énfasis se encuentra en la identificación del pastor con el pueblo al que debía servir. A pesar de tener una característica especial (¿divina?) el pastor estaría entre el pueblo, es decir se le suma la característica humana. Y por último, afirma que este apacentará a las ovejas, algo que se había mencionado en el pasaje anterior que iba a hacer Dios. Se trata de un apacentar y cuidar que permanece en el tiempo, que cumple hasta las últimas con- secuencias lo que Dios le ha encomendado.

Si bien este texto se puede aplicar directamente al Mesías, por otro lado el tipo de ministerio mostrado en este pasaje, como el ministerio de Jesús, deberían servir de modelo al ministro cristiano.

En cuanto a las bendiciones que acompañarán este pacto, el texto presenta una serie de características, que están en relación con el libro de Levítico y las bendiciones que acompañan la obediencia (Lev. 26:4–13). Comienza mencionando una frase que parece extraña: “haré que desaparezcan de la tierra las fieras dañinas, de modo que habiten seguros en el desierto” (v. 25; Lev.26:6). Sin embargo, para el pueblo que habitaba entre ruinas, era un aspecto especial; la ausencia de fieras indicaba que Dios estaría cuidando de su pueblo.

La segunda característica del pacto es que gozarán de la bendición divina, representada por la presencia de la lluvia a su tiempo (v. 26-27; Lev.26:4). Aunque el pastor mesiánico estará en medio de ellas, es Dios el Padre el que enviaría sus bendiciones. La presencia de lluvias en un contexto agrícola era señal de abundancia.

La tercera,  es que gozarían de seguridad (vv. 27–29; Lev. 26:5-7). Un pueblo que vivía en abundancia era la tentación de las potencias para poder apropiarse de las mismas, de allí el profundo significado de la frase habitarán seguros.

Finalmente, el profeta termina el capítulo pasando de lo externo a lo interno; de las evidencias a las razones (v. 30). Las bendiciones serían presentadas a fin de llegar al mayor gozo de la relación con Dios; relación que sería mutua, no solo Dios estaría con ellos sino que ellos mismos serían conscientes de pertenecer a su Dios, con todo lo que ello implicaba.

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