Devocional 27 marzo– Jonathan Edwards
Espíritu de contención
A la vez que buscas la prosperidad de
esta sociedad, es muy importante que evites las disputas. Las personas
contenciosas son miserables. La contención, un espíritu airado, hablar con
malicia y cosas similares son directamente contrarias al espíritu del
cristianismo, y, de forma particular, tienden a alejar el Espíritu de Dios de
las personas, haciendo que los medios de gracia se vuelvan inefectivos,
destruyendo el consuelo y bienestar. Permite que te exhorte fervientemente, por
tu bien, a vigilar en contra de un espíritu contencioso (1 Pedro 3:10-11).
Por muy equivocados que pienses que han
estado otros, mantén la vigilancia con mucha diligencia, mansedumbre cristiana
y amabilidad de espíritu; esfuérzate por ser mejor que la parte contraria en
cuanto a estas cosas. Esto será al final la mejor victoria, porque, como dice
Proverbios 16:32, «Mejor es el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma
una ciudad«.
Que nada se logre por peleas o
presunción. No consientas un espíritu de venganza en ningún caso, más bien
vigila y ora en contra del mismo; y, por todos los medios que estén en tu
poder, busca la prosperidad de tu ciudad. Nunca pienses que te estás
comportando como un cristiano excepto cuando sinceramente, con sensibilidad y
seriedad ames a todas las personas, sea cual sea su partido u opinión, ya sean
amistosos o poco amables, justos o injuriosos contigo o con tus amigos, o con
la causa y reino de Cristo.
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