Ezequiel 8 - Ps Jose Guerrero

Las abominaciones en Jerusalén

Ez 8:6  Me dijo entonces: Hijo de hombre, ¿no ves lo que éstos hacen, las grandes abominaciones que la casa de Israel hace aquí para alejarme de mi santuario? Pero vuélvete aún, y verás abominaciones mayores. 

Recordemos que en los caps. 1– 24 el profeta presenta el mensaje de Dios contra su nación, ellos estaban recibiendo la paga de su propio pecado. En los capítulos 3-7 dirigió su atención a Jerusalén y Judá; los cap. 8 al  14 están dirigidos contra la llamada “religión oficial”, que estaba representada por el templo, el servicio o rituales, y sus líderes.

Esta primera sección de los mensajes proféticos contra la “religión” nacional contiene cuatro visiones. Cada una tiene como propósito mostrar los problemas que había en la vida religiosa de Judá, el templo de Jerusalén y su crecimiento, desde la acusación y prueba de los delitos (cap. 8) hasta la ejecución del juicio (cap. 11).

El profeta como sacerdote era muy sensible a lo que tuviera que ver con la pureza ritual. Específicamente en estas visiones muestra su conocimiento del trabajo sacerdotal y las desviaciones que se estaban presentando en el mismo templo.

En este capítulo se nos revela la primera visión sobre las abominaciones dentro del templo. En lugar de hacer una presentación oral del delito, el profeta lo “proyecta” a través de una visión, esto impide todo intento de negar la inocencia del los sacerdotes sobre el mismo.

Los vv. 1- 4 dan una introducción a las cuatro visiones de esta sección. Tiene como propósito ilustrar el contexto de los relatos, en los siguientes aspectos:

.- Tiempo. Estos mensajes están fechados un año y dos meses después de la primera profecía, es decir 592 a.C. “el quinto día del mes sexto del sexto año. La referencia a esta fecha puede tener dos sentidos.

Primeramente, si relacionamos  este versículo con 4:5-6, veremos que este grupo de mensajes llegan al profeta cuando debía estar acostado, por lo que la visita de los ancianos tuvo que ver con el deseo de conocer el porqué de las acciones simbólicas.

También, en ese momento el pueblo estaba bajo el dominio de los babilonios, pero en el templo continuaban con sus servicios de adoración. Sin embargo, la corrupción había llegado al interior del templo. Ellos no habían entendido los mensajes proclamados por Jeremías, ni el sentido de lo que Dios estaba haciendo por medio de los babilónicos.

.- Audiencia. Eran los ancianos de Judá quienes llegaron y se sentaron delante del profeta en su casa. Los ancianos eran el liderazgo civil y político, en cautiverio. Ellos se sentaban esperando escuchar una revelación de parte de Dios; sin embargo, estaban dispuestos a negar esas palabras.

.- Situación del profeta. La expresión hebrea "la mano del Señor cayó", expresa la relación directa de Dios y Ezequiel, y se relaciona con la visión de la Gloria de Dios del cap. 1

.- Ubicación geográfica. Por un lado hace referencia al lugar que iba a describir (Jerusalén) por el otro afirma: "me llevó en visiones", lo que señala que todavía estaba frente a los ancianos.

.- Orientación religiosa. La expresión del v. 3: “la puerta interior que da hacia el norte”. En el “croquis” del templo de Jerusalén, se encuentra que el templo tenía dos atrios (2 Rey. 21:5; 23:12), por lo que la puerta interior se debe referir a la que daba acceso al “atrio interior”, esta puerta permitía la visión del altar (v. 5).

.- Finalmente, el v. 4 hace referencia a presencia de la gloria del Dios de Israel. La elección de esta frase era para contrastar esta presencia con la de la imagen de celo. Quizás el profeta trató de despertar en sus oyentes la pregunta: ¿Puede Dios soportar estar presente en un lugar donde se le estaba rechazando de esa manera?

En los vv. 5–18 se mencionan cuatro pecados del pueblo. El primero está en relación con la imagen del celo, luego los ídolos de la casa de Israel, continúan con Tamuz, y termina con la adoración del sol. Todos estos siguen el mismo patrón. Cada uno comienza con la frase "y el Espíritu me guio"; haciendo ver que el mismo Espíritu Santo fue el guía en la visión. Sigue la descripción de lo que el profeta veía. Si tuviéramos que pensar en un tema que una estas expresiones, quizás la palabra sea idolatría. 

Hay una frase que usa el profeta repetidamente: “todavía volverás a ver abominaciones aún mayores” (vv. 6, 13, 15). La frase muestra la intensidad del pecado a medida que se avanza en la visión.

El primer pecado que se menciona tiene que ver con la adoración de la imagen del celo (vv. 5-6). El primer dato al presentar la interpretación de este pecado es determinar qué significa la palabra imagen. Se trata de una imagen de Dios mismo o de un “dios pagano”. De cualquier manera, se trata de un ídolo, dado que una imitación de Dios es una forma de idolatría (Éx. 20:4; Deut. 4:15-16).

El propósito de esa imagen era: "alejarme de mi santuario". Ellos estaban entregados a la idolatría; con sus estatuas despertaban el celo de Dios y al mismo tiempo lo estaban alejando de ese lugar. Ese rechazo que ellos tenían de Dios, el deseo de que él se “alejara” de allí, iba a resultar en el abandono de Dios del templo y por lo tanto daría inicio al cautiverio.

El segundo pecado que se menciona es la “adoración oculta” (vv. 7–13). A diferencia del anterior, en este pecado el Espíritu lo lleva a la entrada del atrio donde el profeta ve un agujero en la pared; la orden fue profundizar o cavar a partir de esa entrada, al hacerlo ingresó a una cámara que estaba en oscuridad (v. 12). Esta cámara a la que se refiere pertenecía a los sacerdotes y era usada para almacenar cosas.

La actividad en la que estaban involucrados era la adoración de reptiles y cuadrúpedos (v. 10). Los que participan de esta adoración oculta era setenta … ancianos y Jazanías hijo de Safán (v. 11). Cuando se habla de setenta ancianos era casi seguro que el profeta recordara a los que Moisés había nombrado para guiar al pueblo (Éx. 24:1-9). Esta era una habitación de los sacerdotes; sin embargo, era usada por los ancianos que no lo eran, representando una intromisión en el área sacerdotal. Aquí tenemos a los líderes naturales del pueblo y un miembro de una de las familias sacerdotal, entregados a una adoración pagana. ¿Qué se podía esperar de los que ellos guiaban?

Es importante notar que ellos estaban convirtiéndose en esclavos de lo que habían sido liberados por Dios. El término imágenes (v. 12) se usa también en Lev.26:1 y Núm 33:52 en la prohibición que Dios hace de la idolatría.

El tercer pecado que se menciona es la referencia a las mujeres llorando a Tamuz (vv.14-15). En relación a la divinidad que se estaba rindiendo culto, se usa la palabra Tamuz. Su nombre viene del sumerio Dumuzi, y significa “verdadero hijo” era un dios de la naturaleza, cuya muerte era recordada en invierno cuando la naturaleza sufre la depresión propia de esa estación del año. Específicamente era el dios de los criadores de ganado y agricultores, dado que era responsable de la fecundidad de los rebaños y de las cosechas

El segundo de los elementos mencionados en el pasaje, tiene que ver con quienes participan del culto. Como ya se ha dicho, esta celebración estaba a cargo de las mujeres, por el rol que le tocó jugar a Istar. El mito dice expresamente que cuando Tamuz resucitará vendrían con él “los hombres y las mujeres que lloran”. He aquí el porqué de la participación de las mujeres en este culto, fue la esposa de Tamuz la que descendió al mundo subterráneo para librarlo.

En Canaán se habían adaptado los ritos característicos de esta divinidad aplicados al dios Baal, mientras que los griegos lo identificaron con Adonis. Al mismo tiempo debemos notar la poca participación de las mujeres en el culto de Jerusalén. En relación con este pecado, debemos mencionar la naturaleza de lo que hacían: lloraban, como una expresión de adoración

Finalmente, el cuarto pecado que se menciona es la adoración al sol (v. 16). El culto solar estaba prohibido en las Sagradas Escrituras (Deut. 4:19). Esta adoración tuvo gran influencia durante el reinado de Manasés (2 Rey. 21:5) y había sido abolida por Josías (2 Rey. 23:11). Ezequiel sin duda asiste al resurgimiento de este proceso que no había sido extirpado de la vida del pueblo. Esta actividad había sido condenada expresamente por Dios mismo; y parecía que ellos tenían la tendencia de retar a Dios.

Este capítulo termina con lo que podríamos llamar una conclusión no solo a este cuarto pecado sino a todos (vv. 17-18). Es Dios quien hace una pregunta al profeta: ¿"Has visto"? La visión tenía como propósito que el propio profeta tuviera conciencia del pecado del pueblo, al ser testigo presencial.

Se mencionan dos consecuencias del pecado que afectaban la relación de Dios y los hombres. La primera está representada por la frase "han llenado de maldad la tierra". La segunda indicaba que el pecado estaba afectando la relación entre el hombre y Dios, "se volvieron a mí para irritarme. (v. 17)

Después de mostrar las implicaciones del pecado hacia el pueblo, el pasaje determina las consecuencias de lo que ellos estaban haciendo (v. 18). "Pues yo también procederé". 

Hasta ahora se había mostrado lo que ellos hacían, ahora era el tiempo de actuar de Dios, cuando su ira se iba a expresar sobre el pueblo.

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