Devocional 31 enero – John Flavel

Con nosotros en la angustia 

Salmos 91:15 Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré.

Cuando una providencia que te aflige y entristece cae sobre ti, proponte cumplir el diseño y objetivo de Dios en ella. Busca mantener el gozo y consuelo en Dios en medio de todo (Habacuc 3:17-18). Existen dos tipos de consuelo: el natural y el espiritual. Hay momentos para ejercitar ambos, y momentos en el que los consuelos naturales son suspendidos (ver Salmos 137:2). Pero no existe ningún momento en el que el consuelo y el gozo espiritual en Dios esté fuera de lugar. 

El gozo espiritual no es otra cosa que la alegría de nuestro corazón en Dios, y el sentimiento de nuestra parte en Él y en sus promesas, ¡Así que es seguro que no existe circunstancia que pueda hacer que esto sea inadecuado para un cristiano! Las providencias tristes solo duran un momento, pero el gozo espiritual es eterno (2 Corintios 4:7). Incluso en los momentos más bajos, los santos tienen infinitamente más causas para regocijarse que para estar decaídos. Hay más en una misericordia para darles consuelo que en todos los problemas que los entristecen. 

Todas sus pérdidas no son más de lo que perder un penique es para un príncipe. ¿Y por qué habrían de estar tristes mientras su Dios está con ellos en todos sus problemas? ¿Puede el alma estar triste mientras Dios está con ella? Salmos 91:15 dice «Con él estaré yo en la angustia«, el te sostendrá en todas las cargas. Que aquellos que no tienen a nadie a quien recurrir en sus problemas estén tristes. Las circunstancias externas de una providencia triste no significan que Dios nos odie o sea nuestro enemigo: su corazón está lleno de amor mientras encaramos una providencia difícil. 

En todo ello, Dios nos hará bien (Romanos 8:28). Por medio de la providencia, Dios está matando tus malos deseos, destetando tu corazón de un mundo vano, previniendo tentaciones y excitando deseos por el cielo. ¡El cambio de tu condición está cercano! Un poco más y todas las tristezas pasarán, y ya no sufrirás más. Dios enjugará toda lágrima (Apocalipsis 7:17). Por tanto, ¡Ya puedes ver que no hay motivo en una triste providencia para abandonar el gozo en Dios!

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