Devocional 26 enero - John MacArthur
No parece justo
Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ay de mí si no anunciare el evangelio! Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré. (1 Corintios 9:16-17)
Hay una historia de un misionero anciano que volvía a su país
desde África. Iba en el mismo barco en el que viajaba el Presidente Teddy
Roosevelt, que había estado en África de cacería. Cuando atracó el barco en
Nueva York, las multitudes saludaban al presidente, pero el anciano misionero y
su esposa bajaron del barco sin que nadie los notara.
“Eso no parece justo”, le dijo el misionero a su esposa en un
tono más bien amargado. “Entregamos nuestra vida en África a fin de ganar almas
para Cristo, y cuando llegamos a nuestro país, no hay recompensa alguna ni
nadie va a recibirnos. El presidente mató algunos animales y recibe la
bienvenida de un rey”. Mientras oraban antes de acostarse, el misionero sintió
que el Señor le estaba diciendo: “¿Sabes por qué no has recibido todavía tu
recompensa? Porque no estás en el cielo”.
Eso es lo que Pablo tenía en mente en su servicio espiritual.
No quería recibir aclamación superficial o temporal. Estuvo dispuesto a esperar
hasta llegar al cielo, su hogar definitivo, para recibir lo que Dios le había prometido.
¿Está usted dispuesto a esperar?
Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur
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