Devocional 31 diciembre - Martyn Lloyd Jones

No confíes en tus ideas

Lucas 16:15 Entonces les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación.

Aquellos que ignoran la Palabra de Dios; que se niegan a considerar el evangelio, con su luz y su conocimiento; que se mantienen alejados de la casa de Dios y de toda forma de instrucción con respecto a estos asuntos, que defienden que lo único necesario es ser sincero, pagar sus impuestos, dar a la caridad, ser amigable y afable, están confiando en su propio celo y sus propias ideas, y negándose a ser iluminados acerca de lo que Dios quiere realmente.

Hemos de decirles lo que Pablo le dijo a sus contemporáneos, que, después de hacerlo todo, están simplemente estableciendo su propia justica. No estamos cuestionando su sinceridad u honestidad, pero la pregunta es: ¿Qué valor tiene todo eso? No es el camino de Dios. No es la idea de justicia que Dios tiene, sino solo la suya propia. A buen seguro, la esencia de la sabiduría es que antes de que comencemos a actuar en absoluto, o que intentemos agradar a Dios, descubramos lo que Dios tiene que decir acerca del asunto. Hemos de aprender primero Su idea de justicia, sus demandas.

Pero los hombres y mujeres de hoy, como los judíos antiguamente, toman sus órdenes de cualquier lugar excepto de la Palabra de Dios. Confían en lo que dicen cierto tipo de escritores modernos y viven sus vidas de acuerdo a sus propias ideas, en lugar de hacerlo de acuerdo a las enseñanzas de Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios.

La pregunta vital es, ¿A quién estamos agradando realmente? ¿Es a nosotros o a Dios? ¿Nos hemos rendido a sus caminos? ¿Podemos decir que hemos sometido nuestra voluntad y la hemos rendido a Él?

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