Devocional 24 diciembre - Ps Will Graham

Herodes te odió pero yo te amo


“Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él” (Mateo 2:3).

Qué triste, Señor. ¿Por qué el Herodes se turbó? ¿Cómo es que el rey de los judíos no te dio las gracias por el nacimiento del Rey de los judíos? Porque aquel hijo de las tinieblas, tan lleno de desconfianza y orgullo, amaba el poder y su trono más que cualquier otra cosa.

Y según Mateo, no solamente Herodes, sino toda la ciudad de Jerusalén se turbó. Me encantaría que el versículo se leyera: “Oyendo esto, el rey se gozó, y toda Jerusalén con él”. Pero las Escrituras son realistas. No nos llevan a negar la realidad. La oscuridad te odia, mi Señor. No eres popular con los herederos del infierno.

Qué contraste. Por un lado, tu pueblo rechaza a tu Hijo. Por el otro, los magos del oriente le reciben con los brazos abiertos.

Estoy tan agradecido de que te hayas fijado en un gentil como yo. Así se ha cumplido tu promesa: “Fui hallado de los que no me buscaban; me manifesté a los que no preguntaban por mí” (Romanos 10:20).

Gloria a ti por tu gracia salvadora en mí.

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