1 Cor. 15.1--11 - Ps Jose Guerrero

La tumba vacía 


1Co 15:3-5  Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas,  y después a los doce.

Este capítulo muestra  uno de los estudios más antiguos de la resurrección dentro de la teología cristiana. Su importancia radica en que es el testimonio escrito más primitivo de la resurrección de Jesús, junto al testimonio de Pablo respecto a la resurrección de los creyentes  en virtud de la de Cristo.

No se conoce el porqué de este tema dentro de la carta. Puede ser que habrían creyentes corintios que negaban la resurrección del cuerpo para afirmar la inmortalidad del alma (Hc.17:18-32). Esta negativa de vida eterna del cuerpo, era propio del pensamiento griego. Para el griego lo único eterno era el alma, la parte imperecedera de la persona.

También se piensa que esta negativa era producto de la presencia de gnósticos dentro de la iglesia, los cuales se gloriaban de su ya realizada resurrección espiritual. Estos no negaban una vida futura, sino rechazaban la futura resurrección corporal del creyente (2Ti.2:17-18).  

Era típico pensar así en el mundo griego, pues la idea de la resurrección de un cadáver era repulsivo para ellos. En contraste, la resurrección corporal para los judíos era importante. La única excepción eran los Saduceos. La razón principal de su negación,  era que ellos solo aceptaban el Pentateuco. Esta parte no contiene información sobre la resurrección, esta apareció en el pensamiento judío posterior.

Se debe aclarar que no era raro que Pablo hablara de la inmortalidad, pero no en los mismos términos que los griegos. Para éstos, la inmortalidad del alma era algo inherente en la naturaleza humana. Pablo, en cambio, contempla la inmortalidad sólo como un regalo de Dios mismo. Es más, aun la resurrección corporal de Jesús fue producto del poder de Dios.

El Apóstol comienza este capítulo volviendo a su concepción de ellos como “hermanos” en la fe. Pese a su reclamo  sobre el abuso de los dones espirituales (caps. 12 y 14), empieza recordarles algo que habían olvidado. Pablo les recuerda que les había predicado todo el evangelio  y que ellos lo habían asimilado (Ro 5:2). La expresión “si retenéis” (v. 2) refleja seguridad de que sí lo iban a hacer. Pero su negativa de la resurrección los podía llevar a la negación del mismo evangelio, es decir una creencia sin fruto.

Pablo empieza a transmitirles a los corintios una tradición teológica que él mismo había recibido de otros. La expresión “porque primeramente” significa prioridad en tiempo. (vv. 3-4) Pablo indica a los corintios que él mismo no originó la tradición, sino que él es parte de la cadena transmisora de ella. El punto de origen de esta no tenía tanta importancia como su contenido. Este contenido refleja el evangelio predicado por el apóstol resumido en cuatro frases cortas: “que Cristo murió, que fue sepultado, que resucitó, que apareció a Pedro y después a los doce”.

El Apóstol mismo agrega puntos de interpretación al anuncio de la muerte del Señor: El que murió no era cualquiera sino “Cristo” mismo, el Mesías, el Ungido de Dios. Tal vez esto no tenía el mismo impacto en los corintios, pero aun así su trasfondo cultural presentaría un problema para ellos, ya que sus deidades griegas no podían sufrir, mucho menos morir.

También menciona que su muerte es “por nuestros pecados” (Ro.3:24-26). El problema del pecado no es tratado por Pablo aquí. Esta misma muerte tuvo lugar “conforme a las Escrituras”. Esto quiere decir que la muerte de Cristo resultó en cumplimiento a las profecías del AT.  

No tan sólo Cristo murió, sino que “fue sepultado”. El mencionar la sepultura de Jesús es un modo de insistir en su muerte real. Si hubiera personas en Corinto que dudaban de la muerte real de Jesús, esta frase tendería a refutar tal idea. La sepultura de una persona es la mejor forma de convencerlos de su muerte. Y también representa la etapa intermedia entre su muerte y resurrección.

Luego afirma “Que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras”. El sentido es que no tan sólo tuvo lugar la resurrección sino que su efecto aún está vigente. Por su resurrección Cristo vive, y vivirá. Este es el elemento central en la predicación apostólica y de la fe cristiana, los cuales siguen conectados a la historia humana.

“Que apareció a Pedro y después a los doce” (v. 5). Con estas palabras Pablo empieza a relatar la lista de las apariciones de Jesús después de su resurrección. Probablemente, esta aparición de Jesús a Pedro sea la base de la posición de honor que el Apóstol ocupaba en la iglesia primitiva. Pablo no menciona ninguna aparición de Cristo a las mujeres. Es más, sólo relata su aparición a tres personas: “a Pedro, a Jacobo (el hermano de Jesús) y a Pablo mismo”.

La expresión “los doce” es un título especial para los hombres que siguieron a Jesús. Como sea que hayan sido estas apariciones a los doce, se sabe que dieron credibilidad a ellos como un eslabón entre el Jesús histórico y el Cristo resucitado.

No hay mención de semejante aparición en los Evangelios “a más de quinientos hermanos” (v. 6). Es extraordinario que el Apóstol diga que Jesús se apareció a este número de personas “a la vez”. Pablo agrega “de los cuales muchos viven todavía; y otros ya duermen”. No hay duda de que para Pablo la resurrección de Jesús fue un evento histórico real, y que vivían muchos de los testigos de esa aparición. Con todo, el Apóstol no da nombres, pero les da a los corintios, la posibilidad de constatarlo con parte de esos testigos.

Lo interesante de este relato, es su énfasis, no en el hecho de que algunos todavía vivían, sino en que algunos ya habían muerto. Esto afirma la idea de que el problema de los corintios no era la creencia en la resurrección de Jesús, sino en la resurrección de los creyentes. Era más fácil que Pablo relatara esta aparición, que la idea de los creyentes que mueren antes del retorno de Cristo, ya hayan logrado la vida eterna.

El que Jesús apareciera a Jacobo, (v. 7) su propio hermano, es significativo. Da constancia de que este hermano y otros de su familia no eran seguidores hasta después de la resurrección. También puede explicar la razón por la que Jacobo llegó a ser un líder en la iglesia de Jerusalén. Cuando Pablo visitó la iglesia en esa ciudad después de su conversión, dice que no vio a ningún otro apóstol sino sólo a Jacobo (Gal_1:19).

Es muy evidente que Pablo piensa que la aparición de Jesús a él en el camino a Damasco es la última de todas las apariciones que se dieron después de la resurrección. El término “último” (v. 8) puede significar último en importancia o último en tiempo. Pablo sabía bien que era el último testigo ocular del Cristo resucitado.

Seguidamente el Apóstol expresa que su pasado como perseguidor de la iglesia lo incapacita para ser un apóstol “significativo”. Pablo expresa su propia estima no por lo que los corintios podían creer de él, ni por sus logros que el mismo pudiera haber realizado, sino por la gracia de Dios. (v. 9)

El pasado de Saulo de Tarso como perseguidor sólo da realce al hecho de que no es merecedor de la comisión de Cristo para ser apóstol. El apostolado de Pablo se puede atribuir única y exclusivamente a la gracia de Dios. Al contemplar la gracia de Dios en su vida, Pablo puede afirmar simultáneamente su propia indignidad para ser apóstol. (v. 10)

Pablo reitera (v. 11) que el evangelio básico que acaba de detallarles a los corintios, incluso la resurrección de los creyentes, no era anunciado sólo por él, sino por los demás apóstoles. Es más, es importante para los creyentes de hoy saber que los apóstoles estaban de acuerdo en los puntos básicos del evangelio, aunque sus interpretaciones particulares de los hechos difirieran.

El evangelio apostólico básico incluía la muerte, la sepultura y la resurrección de Cristo. Sin estos elementos no hay evangelio, y no hay salvación. Pablo les dice a los corintios que ellos habían aceptado este evangelio, incluso la resurrección de Cristo. Ahora era importante que entendieran las consecuencias  de esta verdad.

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