Devocional 29 agosto – Luis Cano
Tu Palabra no volverá vacía
Así será mi palabra que sale
de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será
prosperada en aquello para que la envié (Isaías 55:11).
Comparas tu palabra a la
lluvia y a la nieve (v. 10) y yo me siento hoy como la tierra que la riega.
Hay días que me siento como
árido y que solo puedo dejar escapar polvo. Entonces viene, cae sobre mí tu
palabra y me vuelve verde, fresco y brillante, lleno de olores. Tu palabra me
sana, me da vida y me hace producir fruto.
La palabra que sale de tu
boca nunca es en vano, no se pierde, pues todo lo que tú decides y pronuncias
es o será a su tiempo.
¡Cuánto alivio me traen tus
promesas! Puedo ver, a pesar del tiempo que pase y las dificultades del camino,
que lo que has dicho será, y entonces se renuevan mis fuerzas.
Qué gozo es ver cómo tu
palabra prospera, se aplica y funciona, igual que medicina para el herido, luz
para el que tiene dudas o agua fresca para el cansado.
Por ser palabra tuya, ésta
es santa, poderosa y buena, como tú eres santo, poderoso y bueno.
Ayúdame, Padre, a ser hoy
instrumento para llevar esa palabra tuya, a regar con tu agua, no con mis
ideas, pues lo más insignificante tuyo será siempre infinitamente más
fructífero que lo sabio mío (1 Cor. 1:25).
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