Devocional 25 agosto – Luis Cano
Estoy esculpido en la palma
de Tus manos
He aquí que en las palmas de
las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros (Isaías
49:16).
Son muchas y hermosas las
imágenes que usas en tu palabra para expresar tu afecto por tu pueblo. Aquí
mismo, por ejemplo, hablas de llamamiento o elección como si fuera un embarazo
(vv. 1-5), de ti mismo como una mujer que se compadece del hijo de su vientre
(v. 15), que nos ves como novia vestida de honra (v. 18). ¡Cuán tierno y amante
te muestras!
Pero de todas esas imágenes
me quedo con esta, que yo, como todo tu pueblo, estoy esculpido en la misma
palma de tus manos.
Sé que tu siervo Isaías no
tendría en mente las manos taladradas por los clavos de tu Hijo, pero es allí
donde me llevan tus palabras. ¿Era tu intención, Padre, que yo viera aquí la
muestra de tu amor allí, en la cruz?
Quizá estas marcas sean las
señales que dejan el trabajo y el esfuerzo, que me dicen que si bien mi
salvación no me costó nada, para ti sí fue un esfuerzo. Convertir en camino los
montes (v. 11), cavar para una cruz abre muchas llagas en tus manos.
Seguramente te refieres a
ese tatuaje que has marcado en tu piel que hace ver que tu amor por mí, por tu
pueblo, es para siempre (Cant. 8:6).
Todos deben saber que tú
eres mi Redentor (v. 26).
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