Devocional 26 julio - John MacArthur
Nada de venganza
No paguéis a nadie mal por
mal. (Romanos 12:17)
Algunos creen que la ley del
Antiguo Testamento de “ojo por ojo, diente por diente” (Éx. 21:24) permite la
venganza personal. Pero no se refiere a eso. En realidad quería decir que la
severidad del castigo jurídico no debe exceder a la severidad de un delito. En
otras palabras, si alguien le saca un ojo a otra persona, no se le puede
castigar más allá de la pérdida de su propio ojo.
La autoridad para vengar
injusticias civiles y criminales corresponde por mandato divino solamente a los
gobiernos. Dios prohíbe que exijamos venganza personal. El apóstol Pedro
resumió el principio de esta manera: “Finalmente, sed todos de un mismo sentir…
no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario,
bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición” (1
P. 3:8-9).
Del libro La Verdad para Hoy
de John MacArthur
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