Devocional 23 julio - John MacArthur
No se permite el favoritismo
Porque no hay acepción de personas para con Dios.
(Romanos 2:11)
Es pecado que un cristiano muestre favoritismo con las
personas. Es decir, no debe estar prejuiciado ni a favor ni en contra de otra
persona basándose en posición social, riqueza, influencia, popularidad o
apariencia física.
La más clara y más práctica enseñanza neotestamentaria
acerca de la imparcialidad está en la carta de Santiago a los creyentes:
"Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor
Jesucristo sea sin acepción de personas. Porque si en vuestra congregación
entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un
pobre con vestido andrajoso, y miráis con agrado al que trae la ropa
espléndida… ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces
con malos pensamientos? …pero si hacéis acepción de personas, cometéis
pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores" (2:1-4, 9).
Si Dios nunca obra con favoritismo, ¿no debiera procurar
usted el mismo carácter virtuoso, “no haciendo nada con parcialidad” (1 Ti.
5:21)?
Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur
Comentarios
Publicar un comentario