La idolatría de este tiempo - Ps Jose Guerrero

La idolatría de este tiempo
1 Juan 2:16: "Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo."

Un ídolo, es todo lo que se ama más que a Dios. Todas las formas de idolatría en este tiempo, tienen un núcleo central, el "YO". La mayoría de las personas no se arrodillan ante ídolos e imágenes, sino que levantan adoración ante el altar del dios " EGO". Este versículo nos muestra donde se registra la idolatría en este tiempo.

1. Adoran los deseos de la Carne. Es común en las personas de este mundo, la obsesión y el afán por la auto-satisfacción de sus deseos físicos, que nacen de su inclinación a la naturaleza pecaminosa que se opone a Dios. Es decir un espíritu de indiferencia y rebelión contra Dios y su Palabra revelada, que esta presente en las personas que son contrarias al señorío de Cristo.

Satanás emplea los conceptos del mundo, de la moralidad, de las filosofías, de la psicología, de los deseos, de los gobiernos, de la cultura, de la educación, de la ciencia, del arte, de la medicina, de la música, de los sistemas económicos, de las diversiones, de los medios informativos, de las religiones, de los deportes, de la agricultura, y de otros, para oponerse a Dios, a su Palabra y a sus normas de justicia.

2. Adoran los deseos de los ojos, que alimentan la necesidad de aumentar el autoestima a través de las "posesiones", de los placeres de la imaginación, a los cuales el ojo está principalmente atado; en ese sentido lo que sea grandioso, nuevo o hermoso, como bienes, vestido, propiedades, vehículos, etc., se convierte en el patrón para medirse a los demás. 

Este deseo insaciable para más, mejor y nuevo, no es nada más que el sueño de la codicia. El décimo mandamiento habla de no caer víctimas de la codicia: “No codicies la casa de tu prójimo: No codicies su esposa, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su burro, ni nada que le pertenezca.” (Éxodo 20:17). El Señor sabe que el hombre nunca se saciarán por completo de los deseos materiales, por eso esta actitud se transforma en una trampa de Satanás, para mantener el enfoque en ellos mismos y no en Dios.

3.Adoran el orgullo de la vida, tomando al hombre como el centro de la existencia. Se refiere al espíritu de arrogancia y auto-suficiencia que no reconoce a Dios como Señor, ni a su Palabra como la autoridad suprema. Es el espíritu del hombre que se exalta, glorifica y asciende como el centro de la vida. Se encaminan a pensar solo en si mismos (egoísmo), restando importancia a Dios y a todos las demás personas. Se resisten a cualquier medio para detener el apetito por las cosas. Su egoísmo les impide ver al prójimo, sus necesidades, y están determinados a ser el dios de sus vidas. 

Esa mentalidad tiene su origen en el jardín del Edén donde Satanás tentó a Eva a comer del árbol con las palabras "seréis como Dios" (Génesis 3:5). Desde entonces esto ha sido el deseo del hombre de ser dios. 


En conclusión: es lamentable decir que muchas iglesias están predicando el llamado evangelio de la auto-suficiencia, de la prosperidad, basado en el ídolo del "Yo Puedo". Nunca se encontrará el verdadero gozo centrado en uno mismo. El corazón y la mente deben estar centrados en Dios. 

Por esa razón, cuando se le preguntó al Señor ¿cuál es el mayor mandamiento?, Jesús respondió, "Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente.” (Mateo 22:37). Cuando se ama al Señor, con todo lo que está en su ser, entonces no habrá cabida para la idolatría.

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