Devocional 28 de febrero – Luis Cano
Si vienes tú ahora, ¿estoy preparado?
Velad, pues, porque no
sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor (Mateo 24:42).
Velar, estar a la
expectativa y tener la convicción de que en cualquier momento puede aparecer tu
Hijo.
No quieres que mire
calendarios o haga juegos de fechas y profecías. No quieres que pase horas
mirando al cielo, aunque eso en ocasiones me anima.
Lo que quieres, y así lo
siento en esta tarde, es que vigile mi corazón, mis pensamientos y mis obras,
pues tú me conoces y sabes cuán fácil me puedo adormilar, o entretenerme
con los colores y la música del mundo, o dejarme llevar por mi imaginación y
mis sueños. Y si eso ocurre dejo de hacer tu tarea, dejo de hacer tu servicio
encomendado.
No, no hay muchas cosas que
hacer, no me quiero afanar en lo que no puedo retener, sino en lo importante,
en ti (Luc. 10:41-42). Y al centrarme en ti, me centro en mí, en
mi alma, en mi relación contigo.
Si tú vienes ahora ¿estoy
preparado? ¿Qué verás en mí, cosas que te avergüenzan o que te agradan? ¿He
hecho mi parte, hay alguna tarea aún sin acabar, me estoy esforzando lo
suficiente? ¿Estoy advertido de los peligros, he alertado a todos a mi alrededor
lo suficiente, tanto a creyentes como a no creyentes?…
No, no sé cuando será la
hora, pero bendito seas porque sí sé seguro que habrá una hora, y yo saldré a
recibirte.
Comentarios
Publicar un comentario